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Debo empezar corrigiendo un error que se fue en la columna de la semana pasada. En la frase «No quisiera fastidiar diciendo que existe por el simple hecho de que la usamos…», en lugar de ese «simple», escribí «siempre». Supongo que fue producto de un descuido que, además, no noté ni en la última lectura que le di al texto antes de enviarlo. Lo lamento.
Para seguir con el tema de palabras o expresiones que nos han dicho que están mal, pero que en verdad no es así, me sirve una consulta que llegó también la semana anterior: ¿por qué saludamos «buenos días» si hoy es solo uno? Quizá por la misma razón que decimos «gracias» y no «gracia». Aunque queramos serle fiel a la lengua tomando el sentido literal de lo que decimos —varias veces me he encontrado con personas que critican el uso de «buenos días» por considerarlo inexacto—, tal vez lo seamos realmente al acoger y apreciar las expresiones que como hispanohablantes compartimos, sobre todo cuando se trata de demostrar calidez. También respondemos «de nada», así el favor haya implicado un gran esfuerzo.
Puede ser, como decía alguna de mis profesoras en el colegio, que nuestro trato sea tan cariñoso que no deseamos que solo hoy sea un buen día, sino que todos lo sean, o, como explica la RAE, que se deba a una «analogía con el plural característico de otras fórmulas usadas en las relaciones personales, como “saludos”, “recuerdos”, “gracias”…». O ambas. De hecho, este asunto, que no es menor, ha sido materia de estudio para la lingüística. En todo caso, para lo que hoy nos compete, «buen día» también está bien, y su uso parece extenderse.
