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Últimamente, y con más frecuencia de lo normal, he escuchado frases como «un grande favor». Es preciso recordar que el adjetivo «grande» se acorta y se convierte en «gran» cuando va antepuesto a un sustantivo, por ejemplo, «un gran favor» o «una gran sorpresa». La Academia recuerda que esto es así incluso cuando en medio se interpone otra palabra, como en «un gran primer día».
Asimismo, sobre todo en el uso recurrente de los dos puntos en los títulos de prensa, se ha vuelto común escribir en mayúscula la palabra que va después del signo de puntuación. Por lo general, esta debería ir en minúscula. Sin embargo, hay excepciones, como cuando se trata de un nombre propio o cuando se introduce una cita textual encerrada entre comillas. Al respecto, por ejemplo, la Academia señala: «Tras los dos puntos que cierran los encabezamientos epistolares, se comienza el cuerpo del texto con mayúscula inicial».
Finalmente, en «Redacción al desnudo», el director de este diario, Fidel Cano, abordó la controversia sobre el uso de la palabra «motero» para referirse a los motociclistas. Luego de que El Espectador empleó el término en ese sentido, a través de redes sociales llegaron reclamos por parte de lectores que lo consideran inadecuado. Decían, entre otras cosas, que el Diccionario de la lengua española lo registra como relativo al «mote», por ejemplo, quien lo vende o lo prepara.
Sin embargo, aunque muchas personas no estén familiarizadas con el uso que fue criticado, en el léxico de algunos hablantes está tan asentado que incluso el mismo diccionario lo recoge como adjetivo usado más como sustantivo: «Aficionado a la moto y al modo de vida a que ha dado lugar este vehículo».
