Lo que más le ha divertido es dar de qué hablar. Y lo disfruta más cuando en el horizonte se vislumbran tormentas, tsunamis, terremotos, avalanchas. Es entonces cuando se crece y entra en acción. Su cabeza funciona como un centro de sensores que identifican las amenazas y las oportunidades. Crea salidas de emergencia que nadie antes supo que existían. Solo a él le funcionan, entra y sale por ellas a su antojo.
Sus respuestas ante la adversidad al comienzo fueron intuitivas y luego puestas a prueba como experimentos sociales —ensayo y error— que le enseñaron que siempre hay una ruta de solución, de escape.
Los demás no alcanzan a...
Conoce más
