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Todo se anticipó. Las aspiraciones, las candidaturas, las estrategias, las alianzas, las inversiones, las cábalas, las especulaciones, hasta vallas hay por ahí, cómo no, las entrevistas a posibles candidatos viables y no viables –yo misma he conversado con más de 40 personas que han pasado por la serie “YoMeCreoPresidente” en Noticias Caracol– y, en consecuencia, también se anticipó la ansiedad por definir el voto. Preguntan, ¿a quién ve mejor? ¿a quién se puede apoyar? Repuesta: aún no tiene que decidir.
Calma ante todo.
Las elecciones presidenciales nos convocan a los ciudadanos a la primera vuelta presidencial el 31 de mayo del 2026. Faltan siete meses. Si bien en el calendario hay otras citas como la que tienen los seguidores de los partidos del Pacto Histórico el 26 de Octubre, o la que tenemos todos los colombianos el 8 de Marzo para elegir Congreso y votar en una consultas interpartidistas; la ebullición política está en proceso y faltan eventos clave para que haya una definición racional y emocional que nos haga tomar la decisión del voto.
Mientras las movidas políticas maduran y se concreta el listado final del tarjetón, lo que sí podemos hacer como ciudadanos es hacernos un test personal, íntimo, que, sin nombre y apellido, partido o ideología, nos cuestione nuestras propias expectativas y emociones. Podríamos preguntarnos: ¿cuál es la variable que decidiría mi voto?
¿Tengo algún requisito que sea indispensable para mi decisión? ¿Qué quiero o considero necesario priorizar para el siguiente periodo presidencial? ¿De verdad conozco las opciones de candidatos que hay? Y otras preguntas más que podrían servir en este periodo de calentamiento.
El aturdimiento de tanto candidato nos obliga a ser conscientes de nuestros anhelos para no caer en la manipulación del algoritmo que nos manda información incesantemente a nuestro teléfono. Puede pasar que detrás de un candidato que aparece mucho haya dinero y poco contenido, y puede ser que uno que le aparece menos represente algo que le gusta o tenga propuestas que le resulten interesantes.
Una amiga me dijo que para decidir el voto uno debería evaluar tantas o más variables como las que tiene en cuenta para comprar un carro. Decidir entre tantas marcas que hay en el mercado, pero sólo usted sabe cuánto dinero tiene, si cabe la familia, o si es para el negocio, el color que no le gusta, si es para un paseo suave, o para subir cuestas o destapados, si lo quiere usado o nuevo.
Tómese un tiempo. En enero podrá empezar a dar la cuota inicial para su candidato, y sepa, siempre que le lleguen recomendaciones a sus redes sociales, que únicamente usted decide quién es el candidato/a que cumple con su propia expectativa. Quizá a usted no le sirve el mismo que al vecino… de WhatsApp.
