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La cumbre a la que no llegaron los presidentes

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María Ángela Holguín
21 de noviembre de 2024 - 05:05 a. m.
“La situación política de Venezuela y Nicaragua inició la división de la región que fue acabando con los mecanismos de concertación y diálogo”: María Ángela Holguín
“La situación política de Venezuela y Nicaragua inició la división de la región que fue acabando con los mecanismos de concertación y diálogo”: María Ángela Holguín
Foto: EFE - Mariscal
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El fracaso de la Cumbre Iberoamericana la semana pasada en Cuenca, Ecuador, refleja claramente la desunión en la que estamos los países latinoamericanos. Esta cumbre que reúne a los países de habla hispana y portuguesa de América Latina y la península ibérica era la más representativa para la región. Cada dos años era el encuentro de 19 países latinoamericanos con España y Portugal.

La semana pasada en Ecuador a esta convocatoria no llegó sino el rey de España, el presidente portugués, el primer ministro de Andorra y, de los 19 presidentes de América Latina, solo estuvo el anfitrión. Un desastre para los organizadores y un desaire grande para los que sí llegaron a la reunión. Antes la cumbre iberoamericana era una cita obligada para los latinos; en muy pocas ocasiones se ausentaban los presidentes y era un momento para hablar de los problemas de la región y enfocarse en temas centrales para su desarrollo. En Cuenca no se logró ni siquiera una declaración política, Argentina bloqueó el consenso y México, Venezuela y Nicaragua no enviaron representantes.

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Es evidente la falta de coordinación para escoger la fecha: en el lapso de dos semanas se llevaron a cabo tres cumbres, con la diferencia de que a las otras si llegaron los invitados. Brasil realizó la cumbre del G20 y Perú la cumbre de APEC, la Asociación de Cooperación Económica de Países del Pacifico.

Esta ausencia de presidentes demuestra sin duda la poca convocatoria del presidente Noboa, pero también la polarización de la región, la descalificación y desconfianza entre los presidentes.

Refleja también el poco interés de trabajar coordinadamente en temas que son importantes para la población y para el desarrollo de los países. La situación política de Venezuela y Nicaragua inició la división de la región que fue acabando con los mecanismos regionales de concertación y diálogo. Ahora se ha profundizado porque todo el que no piense igual se descalifica. Los gobiernos solo trabajan con países “amigos ideológicamente” y con los demás se está en permanente confrontación, no hay una construcción a largo plazo y no se resuelven los problemas comunes.

Un claro ejemplo es la ausencia de coordinación en la lucha contra el crimen organizado, principal problema que tienen hoy todos los países de la región, sin excepción. Las organizaciones criminales operan como multinacionales del crimen y se requiere de manera urgente una acción conjunta coordinada con Estados Unidos y la Unión Europea. Esto no lo resuelve cada país individualmente. No es haciendo cárceles que se acaba esta tragedia que tenemos hoy en toda la región: las medidas tienen que ser de largo plazo. Este será tema obligado con la administración Trump, junto con la migración y el narcotráfico. Es obligatorio tener posiciones comunes, y trazar un camino conjunto.

Las malas relaciones entre algunos países igualmente generaron ausencias que se daban por descontadas. México ha generado una tensión desmedida con España, al pedirle al rey que se excuse por la conquista española, y tiene rotas las relaciones con Ecuador por la toma de su embajada por parte del gobierno ecuatoriano. Argentina, que su presidente se unió a la extrema derecha española para atacar al presidente Sánchez, tampoco estaría presente en Cuenca. Con este panorama, México no volverá a una cumbre iberoamericana y tampoco lograremos una América Latina integrada mientras tengamos gobernantes para quienes el insulto es su manera de conseguir apoyos.

El valor de esta cumbre es que se enfoca en la región, en la juventud, en su educación, en la cultura, en la cohesión social. No hay otra reunión donde América Latina sea el foco de atención y de cooperación. De ahí la importancia de no dejar perder este escenario donde España y Portugal se la han jugado en la Unión Europea para apoyar los intereses de América Latina.

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William(16260)22 de noviembre de 2024 - 02:22 a. m.
Totalmente de acuerdo con este gran análisis . Felicitaciones
José(9532)21 de noviembre de 2024 - 11:51 p. m.
Tan diplomática la señora para seguir defendiendo sus amores de derecha.
usucapion1000(15667)21 de noviembre de 2024 - 06:22 p. m.
Esa cumbre convocada resultaba una burla a la integración regional y en cambio era un espaldarazo para el neoliberalismo, la segregación y la mentira. Hicieron bien en n o asistir a tamaña farsa.
Manuel(9808)21 de noviembre de 2024 - 02:17 p. m.
No es para tanto, simplemente las cosas suceden porque tienen que suceder de acuerdo a las circunstancias que van generando los acontecimientos, esto apenas comienza, las sorpresas para esta dama están por llegar, aunque su alta visión del mundo debiera tenerla al día. Raro.
Usuario(82535)21 de noviembre de 2024 - 02:11 p. m.
Parece q usted no ha leído la respuesta de España A México, no por vía diplomática sino vía prensa. Ese Milei insultador de profesión no cohesiona ni a los argentinos, España No tiene súbditos sino pares. Trump A quien tú amas no puede hacer lo que quiere, hay otros actores con mucho dinero y tecnología, Novoa creyó estar hablando non indígenas y desprecia a los pobres. Resultado fracaso
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