“Salude bien, mijo”

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María Claudia García
11 de agosto de 2017 - 02:00 a. m.
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¿Les resuena esa frase que escuchamos muchas veces cuando éramos niños? “Salude, mijo, a su tía”, “salude al sr. Martínez”, “salude a …”.  Muchos de nuestros padres y abuelos solían repetirlo cada vez que nos encontrábamos con alguien. Era una demostración de amabilidad y cortesía, pero sobre todo de buenos modales.

Deberíamos continuar ese legado, que tan aburrido nos parecía en su momento, a nuestros hijos y a esos millennials que nos encontramos en la calle y se me mueren de pereza de saludarnos.

El saludo es el primer contacto que tenemos al conocer a una persona en esos primeros instantes, según estudios en diferentes universidades del mundo que demuestran que tenemos aproximadamente entre los primeros 13 y 18 segundos para causar una impresión ya sea positiva o negativa en el cerebro de nuestro interlocutor.

En esa primera conexión con el otro usted transmite quién es mediante una fotografía mental que él le hace y define inconscientemente si vale la pena compartir tiempo o no con usted, hacer negocios o sencillamente si es recordado de manera agradable. 

Mirar a los ojos, sonreír, dar la mano de manera segura sin que sea un apretón de terminator o extenderla como si fueras la princesa de Gales. Tener una buena postura y mostrar cortesía son parte fundamental de esa primera impresión ganadora. Pero para mi lo más importante es interesarnos genuinamente por el otro, por saber quién es, sentir su energía y conectarse con ella.

Ese instante en el que te encuentras con alguien en el ascensor, te cruzas con un extraño en la calle, con el cajero del banco o la persona encargada de seguridad en el edificio, son personas  que muchas veces por llevar nuestra mente tan ocupada con nuestros quehaceres y problemas diarios no vemos, pueden pasar desadvertidos, pasar por invisibles. A ellos les puedes cambiar el día y por ende cambiártelo a ti mismo con un simple saludo, que no nos cuesta nada, pero nos cuesta todo hacerlo.

Dedicar ese corto tiempo en el que conoces a alguien a ponerle toda tu atención y transmitir lo mejor que tienes hará que veas resultados sorprendentes en el transcurrir de tus días y en tipo de relación que formes con las personas en el ámbito laboral y social.

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