IMAGEN VIENE DE IMAGO, MASCARIlla de cera. La del presidente Uribe, aun en el propio uribismo, se está derritiendo, al no corresponder con el cuerpo real de su gobierno.
Son cada vez más los sectores afectados por la improvisación: desempleados, usuarios de los servicios de salud, estudiantes y profesionales, víctimas del desplazamiento y de los bandazos en política exterior. Todo eso suma mucha gente.
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Caso Molano-Araujitos. El 9 de febrero a las 3:30 p.m. dará el Juez 4 Penal de Conocimiento su fallo sobre el caso quizás más paradigmático de los últimos años, por la dimensión intelectual del acusado y el significado de lo que alegan los jóvenes querellantes. Más allá de los vericuetos semánticos y gramáticos, lo que está en juego es el derecho a opinar en un país con tantas complejidades y familias poderosas como el nuestro. Las lecciones que deja el proceso son muchas y variadas, no sólo en cuanto a lo que se pretende, sino sobre el sistema penal acusatorio. Por lo pronto, tengo varias inquietudes:
El joven profesor Andrés Alfredo Araújo Ariza, al establecer una curiosa relación de causalidad, afirmó que no pudo ser Colegial de la Universidad del Rosario a pesar de su brillante trayectoria porque entre la primera y segunda reunión sobre el tema se produjo la columna de Molano que, según él, afectó esa decisión. ¿Está acaso implicando que la prestigiosa universidad se deja influir por hechos no académicos en su selección de colegiales?
¿Es falta de respeto sugerir, como lo hizo la fiscal, que Carlos Gaviria, ex magistrado de la Corte Constitucional no era “experto” en el tema? ¿Y no es también falta de respeto que al impasible, cansado y vapuleado Alfredo Molano se le someta a ese proceso penal?
Como los querellantes tienen la vida por delante, y más allá del caso Molano, ¿seguirán el ejemplo de John Kennedy, presidente de Estados Unidos, que no se dedicó a ponerle pleito a la humanidad porque sus ancestros eran contrabandistas de whisky, y su propio papá bastante cuestionado?
mariateresa herran@hotmail.com
