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La pinche culpa (o una reflexión sobre el acoso sexual)

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María Teresa Ronderos
29 de septiembre de 2020 - 03:00 a. m.

“Cuando encontré mi nombre y leí de qué se me denunciaba, comencé a escuchar un zumbido ensanchándose adentro de mi cabeza (…) era el sonido de la vergüenza. La pinche vergüenza que no había tenido (…) en una de las tantas borracheras que acostumbraba a organizar en mi departamento, le aflojé la correa a mi macho alfa y manoseé a quien llamaré C, para respetar su anonimato. ¿La toqueteé por un complejo de superioridad? ¿O fue por creer que tenía el derecho de hacerlo? Seguro que fue eso y capas más profundas (…) entendía, al recordar aquella noche, que acosé a C, que mi persona me provocaba asco. Me di tanta lástima”.

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Manuel(6280)29 de septiembre de 2020 - 09:32 p. m.
Y ¿que hacemos con la "pinche culpa" de las mujeres que se debaten entre el deseo y la culpa?, ¿o entre el deseo y la vergüenza? Las mas víctimas en esta historia son las mujeres acosadas por la estigmatización como zorras, casquivanas o sinverguenzas; Porque aún hoy en día el deseo de la mujer es pecado, lujuria, vulgaridad. Esperamos el dia cuando las mujeres asuman su sexualidad sin culpa ...
Jorge(9730)29 de septiembre de 2020 - 04:25 p. m.
Buena columna!
Atenas(06773)29 de septiembre de 2020 - 02:03 p. m.
Y la "pinche culpa" q', elogiosa/, admite un protervo macho cabrio, e incapaz de ganarla con abierta seducción consensuada, vale el mérito de proscribir todo vandalismo o acoso sexual perpetrado contra desvalidas mujeres (o ¿quién q' teniendo madre lo acepte?. Mas, igual, en su aparente honestidad conceptual y de otras en el mismo plan, se olvidaron de miles de niñas del campo en las Farc.
Ariadna(46842)29 de septiembre de 2020 - 01:43 p. m.
No estoy de acuerdo con ninguna forma de abuso. Pero me gustaría sabe cómo se puede describir un mundo en el que los hombres no se acerquen, no piropeen, no toquen, casi ni que hablen con las mujeres por miedo a ser tildados de acosadores. La juventud es corta, y es triste pasarla sin una sola palabra amable, sin un piropo, sin un solo intento de conquista por el p*to miedo.
  • Camilo(03596)29 de septiembre de 2020 - 06:59 p. m.
    El equilibrio, como la verdad, no existe. La igualadas proponen que todo sea Tinder, presuma que se lo van a pedir y responda antes que pregunten (lo supongo válido para todos los sexos). Ni se le ocurra un piropo en la calle, que es una ofensa (quizá si, pocas veces no). En el trabajo es suicida en todos los casos, a la amiga no se olvide declararle que tiene un IQ altísimo, y buenas piernas
  • Jorge(9730)29 de septiembre de 2020 - 04:26 p. m.
    Y cual el punto de equilibrio en una sociedad prejuiciosa?
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