El pasado martes en la tarde un grupúsculo resentido de un supuesto Salón Nacional de Artistas, y en un acto que consideraron de alto simbolismo político y de tensión histórica, bajaron de su pedestal el busto del expresidente Guillermo León Valencia y arrastraron por las calles de la Ciudad Blanca la cabeza de este ilustre colombiano hasta que, ya cansados de semejante atropello, la dejaron tirada en una calle, ante los ojos de cientos de cobardes que no dijeron ni mu.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Creo que este salón de artistas tuvo patrocinios estatales y permisos especiales y, aun así, atentaron contra un bien público de interés histórico y político y todavía hoy deben seguir celebrando esa desfachatez con el famoso chirrinchi que popularizó el hoy precandidato presidencial Aurelito Iragorri Valencia, nieto del vejado exmandatario.
Es de anotar que no hubo intervención alguna de la policía ni el ejército, y sus autores pasearon a Guillermo León como Pedro por su casa, siendo que el lugar donde reposaba el busto debería tener al menos un policía de turismo que, o no estaba o salió aculillado a meterse debajo de la cama de la mamá.
Ya hace varias semanas se presentó otro atentado contra un bien público de Popayán cuando un puñado de atrevidos —¿o serían los mismos?— intentó pintar la fachada de la Iglesia de Santo Domingo y fueron repelidos por payaneses que hicieron respetar la memoria histórico-arquitectónica de su amadísima Pubenza.
Por otra parte, dicen que este acto vandálico y criminal fue perpetrado por un ahijado de Álvaro Pío Valencia, hermano de Guillermo León, quien fuera un comunista de la vieja guardia y entregó toda su tierra a los pobres (así paga el diablo a quien bien le sirve). Y también que fue un acto de venganza y de odio porque el Maestro Valencia, padre de Guillermo León, algo tuvo que ver con la muerte del líder indígena Quintín Lame y esto fue un ojo por ojo y un diente por diente que lleva más de cien años…
¿Correrá la cabeza del expresidente la misma suerte de la Estatua de Belalcázar que la tienen escondida para que no le echen candela?
