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Sirirí

Belalcázar volvió a su pedestal

Mario Fernando Prado
11 de noviembre de 2022 - 05:30 a. m.

El fundador de 20 ciudades en lo que hoy son Colombia y Ecuador —entre las que se destacan Santiago de Cali, Asunción de Popayán, San Juan de Pasto, San Francisco de Quito y Santiago de Guayaquil—, además de ser cofundador de Santa Fe de Bogotá con Gonzalo Jiménez de Quesada, ha vuelto a su pedestal erigido en los años 30 en Cali.

De allí fue derribado —junto con otra estatua que había en Popayán y que hoy duerme el sueño de los justos— hace más de año y medio por miembros de la comunidad indígena misak, secundados por otros indígenas del Cauca, quienes aprovecharon la pandemia y el llamado estallido social para perpetrar semejante acto vandálico.

Es de anotar que los misaks jamás estuvieron en territorio vallecaucano por esas calendas —siglo XVI—, cuando era un pantano, y menos en los últimos 200 años; pero aquí llegaron en desafiantes chivas, cometieron su pilatuna y se devolvieron a los extensos territorios que les ha dado el Estado y los tienen enmontados e improductivos.

La estatua del adelantado Sebastián de Belalcázar fue restaurada, reforzada y se le puso una placa adicional a la original, en la que se rinde un homenaje a las tribus que existieran por estos lares, tal como exigió el alcalde de Cali.

La efigie es un hito turístico de la Sultana del Valle junto con la colonial iglesia de San Antonio y la churrigueresca Ermita: no hay turista que no se fotografíe en este lugar ni caleño que no haya mecateado allí, comiendo chontaduro con miel y mango biche con sal.

Por estos días, la estatua registra miles de visitas y su restitución está siendo celebrada alborozadamente. Sin embargo, hay un pánico en ciernes no infundado: los misaks, que no estuvieron de acuerdo con su reinstalación, han manifestado que volverán a retirarla y, actuando con premeditación y alevosía, saldrán de sus latifundios en una minga multitudinaria el 15 de noviembre.

Cierta o no esta amenaza, hay flotando en el ambiente una natural incertidumbre porque tampoco se sabe cómo se comportaría la fuerza pública…

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