La verdadera locomotora de este país es sin duda Germán Vargas Lleras.
Ajeno al día a día de la política nacional y un tanto esquivo cuando se trata de temas como el proceso de paz, problemas limítrofes y el acontecer mediático de nuestro país, el vicepresidente está concentrado en su tarea de inaugurar, inaugurar e inaugurar.
Podrá decirse lo que se quiera de este precandidato a la Presidencia que tiene hoy por hoy ganado el solio de Bolívar si las elecciones fueran mañana. “Varguitas”, como suele llamarlo la culera bogotana, está haciendo la tarea que le encomendó el presidente Santos, así no sea su candidato para sucederlo.
Vargas Lleras les cogió ventaja a sus posibles contrincantes en una baraja en que están el excelente gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, que podría ser la sorpresa en las urnas, y Humberto de la Calle Lombana, de quien se dice tener bien ganada su aspiración presidencial.
Sin embargo y como en la política todo puede suceder, no es descartable que surja un “gallo tapado” de última hora o que la izquierda se envalentone, salga con un as bajo la manga co-financiado por el castro- chavismo y, ahí sí, “agárrate Helena que se cayó este catre”.
Por eso la estrategia del vice ha sido pegar primero, y de hecho le ha resultado al punto que Gaviria y Serpa lo han acusado de querer romper la Unidad (?) Nacional por andar politiqueando por todo los rincones del país.
Y es que, duélale a quien le duela, no hay semana en la que Vargas Lleras no se haga presente cortando cintas por toda la geografía nacional, aduciendo que está ejecutando los programas que el gobierno le encomendó y a fe que ha cumplido su misión al pie de la letra.
La consigna “Hapavar” —hay que parar a Vargas Lleras— se ha puesto en marcha por parte del Partido Liberal, que pretende que el presidente le ponga el tatequieto a su vicepresidente, consigna casi imposible porque es él en muchas oportunidades quien saca la cara por el Gobierno que, por hacer las cosas urgentes, no acomete siempre las obras importantes que son precisamente las que Vargas Lleras tiene en su agenda.
La verdadera locomotora de este país es sin duda Germán Vargas Lleras.
Ajeno al día a día de la política nacional y un tanto esquivo cuando se trata de temas como el proceso de paz, problemas limítrofes y el acontecer mediático de nuestro país, el vicepresidente está concentrado en su tarea de inaugurar, inaugurar e inaugurar.
Podrá decirse lo que se quiera de este precandidato a la Presidencia que tiene hoy por hoy ganado el solio de Bolívar si las elecciones fueran mañana. “Varguitas”, como suele llamarlo la culera bogotana, está haciendo la tarea que le encomendó el presidente Santos, así no sea su candidato para sucederlo.
Vargas Lleras les cogió ventaja a sus posibles contrincantes en una baraja en que están el excelente gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, que podría ser la sorpresa en las urnas, y Humberto de la Calle Lombana, de quien se dice tener bien ganada su aspiración presidencial.
Sin embargo y como en la política todo puede suceder, no es descartable que surja un “gallo tapado” de última hora o que la izquierda se envalentone, salga con un as bajo la manga co-financiado por el castro- chavismo y, ahí sí, “agárrate Helena que se cayó este catre”.
Por eso la estrategia del vice ha sido pegar primero, y de hecho le ha resultado al punto que Gaviria y Serpa lo han acusado de querer romper la Unidad (?) Nacional por andar politiqueando por todo los rincones del país.
Y es que, duélale a quien le duela, no hay semana en la que Vargas Lleras no se haga presente cortando cintas por toda la geografía nacional, aduciendo que está ejecutando los programas que el gobierno le encomendó y a fe que ha cumplido su misión al pie de la letra.
La consigna “Hapavar” —hay que parar a Vargas Lleras— se ha puesto en marcha por parte del Partido Liberal, que pretende que el presidente le ponga el tatequieto a su vicepresidente, consigna casi imposible porque es él en muchas oportunidades quien saca la cara por el Gobierno que, por hacer las cosas urgentes, no acomete siempre las obras importantes que son precisamente las que Vargas Lleras tiene en su agenda.