Con una inversión de más de $362.000 millones, Cali se ha fijado la meta de generar en estos cuatro años 100.000 nuevos empleos dignos y formales, como respuesta a las ingentes urgencias sociales que claman por camello. Con esta macroinversión se pondrán en marcha unas iniciativas que generarán condiciones para la creación de oportunidades laborales a un vasto sector de la ciudad.
Llama la atención que se trata de una alianza público-privada sin antecedentes en la tercera ciudad del país, la cual fue la más golpeada con el estallido social, que aquí fue una minirrevolución que pasó a mayores.
En efecto, nueve sectores (industria, comercio, construcción, logística, comercio exterior, turismo, servicios, agroindustria y las TIC) acudieron al llamado del alcalde Éder, recibiéndose 70 interesantes y factibles propuestas e iniciativas, lo cual se protocolizó en un multitudinario acto de compromiso y fe en el futuro de la capital vallecaucana.
Para lograr este objetivo, se presentaron tres estrategias, cada una con función distinta: Cali Conecta, Cali Innova y Cali Crece, con una misión específica y aportes de la Alcaldía de $147.000, $115.000 y $99.000 millones, respectivamente, todas —repito— con la tarea determinada de generar empleos.
Para llegar a este escenario, Cali ha realizado en estos seis meses seis ferias de empleo y alianzas con empresas públicas y privadas, logrando concretar cerca de 9.500 nuevos puestos de trabajo.
La apuesta es bien ambiciosa y esa administración se la está jugando toda. Hay un ambiente de optimismo para impulsar la economía local con un “crecimiento sostenible y una necesaria inclusión social”.