Continúa el enfrentamiento entre el gobernador del Valle y el Gobierno. Sostiene Ubeimar Delgado que le siguen poniendo conejo a su departamento y que, por ejemplo, los US$ 400 millones prometidos para la inversión social en Buenaventura no se están ejecutando como estaba proyectado, y que las injusticias con el primer puerto sobre el Pacífico son de una dimensión tal, que no se le está retribuyendo ni el 20% de los 5 billones que este municipio le aporta a la nación anualmente.
Los reclamos de Ubeimar tienen molesta a la Casa de Nariño, del presidente para abajo, y las relaciones con la alta cúpula del Gobierno no son las mejores. Reclamos van, explicaciones vienen y eso acaba de suceder cuando el director de Planeación, Simón Gaviria, le salió al quite a las críticas del gobernador de los vallecaucanos.
Gaviria ha expresado que el Valle del Cauca está recibiendo un 17% más de inversores que durante el pasado cuatrienio, y que por regalías se le han otorgado recursos superiores a los 614 mil millones, cifra que no tiene antecedentes en la historia departamental.
Afirmó además que los ojos del Gobierno están puestos en Buenaventura y que se garantizará —por ejemplo— el 100% de cobertura en acueducto y alcantarillado, que es un compromiso que se va a honrar, así como el 100% de cobertura de energía en la zona rural.
Hay más: se preveen inversiones de más de 3.9 billones para la doble calzada de la carretera Buga-Buenaventura y la acuapista Tumaco-Guapi-Buenaventura, además de jugosos desembolsos para cobertura educativa, vivienda, agro, salud, infraestructura y hasta protección para el adulto mayor y la primera infancia, reparación integral a víctimas y fomento a la educación, entre otros ítems.
Las fuerzas vivas bonaventurenses, de manera tímida, han aceptado las explicaciones y las cifras de Planeación y han expresado que, sin estar satisfechas con lo que se está haciendo, advierten un innegable interés porque se vuelvan realidad en el menor tiempo posible todas estas promesas.
Sin embargo, el gobernador Delgado no baja la guardia e insiste que el Valle del Cauca es una especie de Cenicienta y que debe rogar para que le den lo que se merece.
Continúa el enfrentamiento entre el gobernador del Valle y el Gobierno. Sostiene Ubeimar Delgado que le siguen poniendo conejo a su departamento y que, por ejemplo, los US$ 400 millones prometidos para la inversión social en Buenaventura no se están ejecutando como estaba proyectado, y que las injusticias con el primer puerto sobre el Pacífico son de una dimensión tal, que no se le está retribuyendo ni el 20% de los 5 billones que este municipio le aporta a la nación anualmente.
Los reclamos de Ubeimar tienen molesta a la Casa de Nariño, del presidente para abajo, y las relaciones con la alta cúpula del Gobierno no son las mejores. Reclamos van, explicaciones vienen y eso acaba de suceder cuando el director de Planeación, Simón Gaviria, le salió al quite a las críticas del gobernador de los vallecaucanos.
Gaviria ha expresado que el Valle del Cauca está recibiendo un 17% más de inversores que durante el pasado cuatrienio, y que por regalías se le han otorgado recursos superiores a los 614 mil millones, cifra que no tiene antecedentes en la historia departamental.
Afirmó además que los ojos del Gobierno están puestos en Buenaventura y que se garantizará —por ejemplo— el 100% de cobertura en acueducto y alcantarillado, que es un compromiso que se va a honrar, así como el 100% de cobertura de energía en la zona rural.
Hay más: se preveen inversiones de más de 3.9 billones para la doble calzada de la carretera Buga-Buenaventura y la acuapista Tumaco-Guapi-Buenaventura, además de jugosos desembolsos para cobertura educativa, vivienda, agro, salud, infraestructura y hasta protección para el adulto mayor y la primera infancia, reparación integral a víctimas y fomento a la educación, entre otros ítems.
Las fuerzas vivas bonaventurenses, de manera tímida, han aceptado las explicaciones y las cifras de Planeación y han expresado que, sin estar satisfechas con lo que se está haciendo, advierten un innegable interés porque se vuelvan realidad en el menor tiempo posible todas estas promesas.
Sin embargo, el gobernador Delgado no baja la guardia e insiste que el Valle del Cauca es una especie de Cenicienta y que debe rogar para que le den lo que se merece.