Una demanda por daños y perjuicios, que asciende a los 157 mil millones, están preparando los comerciantes y empresarios caucanos contra quienes durante el pasado paro agrario deterioraron la Carretera Panamericana.
Según afirman sus voceros, los vándalos —supuestamente caucanos— desmontaron más de 300 metros lineales de muros de contención en gaviones, más de 50 barreras metálicas de protección, más de 150 señales de tránsito, más de 350 metros lineales de bordillos de protección de ruedas y más de 35 cabezales de alcantarillas; causaron daños por combustión de la carpeta asfáltica en más de 3.000 metros cuadrados, contaminaron fuentes hídricas con todo el aceite que vertieron en más de 2.000 metros cuadrados de vía, además de la deforestación por la tala de más de 500 árboles. Y agregan a lo anterior, los daños a los vehículos de carga, transporte colectivo y particulares y todo cuanto significó para la economía del departamento el bloqueo de la vía por espacio de 12 días.
No sé si la demanda prospere aunque hay varios pools de abogados representando a los diferentes gremios que le apuestan a ella, pero lo cierto es que los habitantes de este departamento no pueden seguir pagando los platos rotos de una situación cuya responsabilidad es de la nación.
Subrayan además que “esta gente —los vándalos— creen que porque son minoría pueden hacer lo que quieran y nosotros inmóviles ante tales atrocidades. Hay que crear conciencia para que sepa el país entero de su capacidad para delinquir en sus ‘protestas pacíficas’ y, lo peor: ¿De qué tanto más serán capaces cuando en realidad quieran salir a hacer daño?”.
Y rematan afirmando que “el informe sobre los daños causados será enviado a los 33 eurodiputados que los están defendiendo —a los vándalos— y que le exigen al Gobierno que el Esmad no los atropelle en su “muy pacífica protesta”.
A quienes nos duele el Cauca ante la indiferencia nacional, que no ha padecido en carne propia las consecuencias de este, los anteriores y los próximos paros y bloqueos que se avecinan, esta demanda será el grito desesperado de cientos de miles de compatriotas que siguen sin entender por qué no bloquean a quienes supuestamente les han quedado mal y no les han cumplido, allá por los lares de los ministerios, el Parlamento y la mismísima Casa de Nariño.
Una demanda por daños y perjuicios, que asciende a los 157 mil millones, están preparando los comerciantes y empresarios caucanos contra quienes durante el pasado paro agrario deterioraron la Carretera Panamericana.
Según afirman sus voceros, los vándalos —supuestamente caucanos— desmontaron más de 300 metros lineales de muros de contención en gaviones, más de 50 barreras metálicas de protección, más de 150 señales de tránsito, más de 350 metros lineales de bordillos de protección de ruedas y más de 35 cabezales de alcantarillas; causaron daños por combustión de la carpeta asfáltica en más de 3.000 metros cuadrados, contaminaron fuentes hídricas con todo el aceite que vertieron en más de 2.000 metros cuadrados de vía, además de la deforestación por la tala de más de 500 árboles. Y agregan a lo anterior, los daños a los vehículos de carga, transporte colectivo y particulares y todo cuanto significó para la economía del departamento el bloqueo de la vía por espacio de 12 días.
No sé si la demanda prospere aunque hay varios pools de abogados representando a los diferentes gremios que le apuestan a ella, pero lo cierto es que los habitantes de este departamento no pueden seguir pagando los platos rotos de una situación cuya responsabilidad es de la nación.
Subrayan además que “esta gente —los vándalos— creen que porque son minoría pueden hacer lo que quieran y nosotros inmóviles ante tales atrocidades. Hay que crear conciencia para que sepa el país entero de su capacidad para delinquir en sus ‘protestas pacíficas’ y, lo peor: ¿De qué tanto más serán capaces cuando en realidad quieran salir a hacer daño?”.
Y rematan afirmando que “el informe sobre los daños causados será enviado a los 33 eurodiputados que los están defendiendo —a los vándalos— y que le exigen al Gobierno que el Esmad no los atropelle en su “muy pacífica protesta”.
A quienes nos duele el Cauca ante la indiferencia nacional, que no ha padecido en carne propia las consecuencias de este, los anteriores y los próximos paros y bloqueos que se avecinan, esta demanda será el grito desesperado de cientos de miles de compatriotas que siguen sin entender por qué no bloquean a quienes supuestamente les han quedado mal y no les han cumplido, allá por los lares de los ministerios, el Parlamento y la mismísima Casa de Nariño.