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¿Hasta cuándo vamos a seguir pensando que habrá elecciones el próximo año? “Constitucional”, o mejor, inconstitucionalmente, Petro se atornillará en el poder y para ello está haciendo las maromas más atrevidas y absurdas que nadie creía que fueran posibles en nuestro país.
Como él sabe que por las buenas no va a ser probable que convoque a elecciones, sumirá a este país en un caos total, se incrementará la violencia, se agarrarán los unos con los otros en una guerra civil y se verá “obligado” a posponer este debate constitucional y seguirá mandando y reinando al más puro estilo cubano-venezolano.
¿Que Colombia no es Venezuela? “atenete y no corras”, como cuando se afirmó que Venezuela no era Cuba y miren lo que pasó, y eso exactamente es lo que nos está sucediendo. Petro tiene montada una estrategia criminal para perpetuarse en la Casa de Nariño seguido por unos áulicos que, si le fallan, son condenados al ostracismo y desaparecen de ese sórdido mundillo.
No basta con marchas, con el poder de los gremios y de la prensa, con la racionalidad. Aquí lo que hay es una guerra soterrada en la que se están preparando miles de milicianos entrenados y armados hasta los dientes, en caso de que el Ejército no le marche y será reemplazado por las primeras líneas y por el pueblo “hambriento de justicia social”.
Convenzámonos de esta realidad y asumamos una actitud distinta a pensar en los cuenticos de la paz total y social y la convivencia entre hermanos.
Lo que se nos viene o se nos vino pierna arriba no es una exageración y no sé si todavía estamos a tiempo de frenar esta debacle que acabará con la institucionalidad de una patria boba al borde del abismo.
Urge reagruparnos y organizar la más gigantesca movilización civil, única capaz de detener y conjurar la antesala de la dictadura que arrasará con el orden establecido y nos hundirá en un caos que no tendrá marcha atrás.
