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Réquiem por el Cauca (IV)


Mario Fernando Prado

31 de mayo de 2024 - 12:05 a. m.

Cuando era alcalde de Popayán el por entonces popular “Chuspas” —y de eso hace más de dos décadas—, Sirirí publicó una columna en periódico El País de Cali, titulada “Réquiem por el Cauca”, la cual levantó tremenda polvareda.

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El corresponsal del periódico en la capital del otrora Cauca Grande debió publicar una página completa de rectificaciones en las que hizo eco del sentir de los payaneses totalmente indignados, ofendidos y furibundos con quien escribió esas líneas y, además de tildarlo de alarmista, mentiroso y hasta apocalíptico, propusieron que se declarase persona non grata a un hijo de una raizal pubenceña y de un caleño que cursó sus estudios de Derecho en la Universidad el Cauca.

Es más, hasta llegaron a decir que debía ser excomulgado, lo cual le ahuyentó un tiempo prudencial de esa querida tierra.

Recuerda que, ante tal escrito, el susodicho alcalde y hoy ministro del Interior, en tono de burla, lo comparó con un personaje pintoresco que pedía limosna por las mañanas y tocaba su flauta por las tardes, a quien le decían cariñosamente “Chancaca”, y un excolumnista de El Espectador lo trató de ave de mal agüero y lo volvió trizas por su pesimismo, insolencia y haber considerado que el Cauca estaba in articulo mortis.

Pasados unos lustros, este columnista “calumnista” perpetró otros dos “Réquiem por el Cauca”, en que no solo ratificó lo escrito años atrás, sino que además fue más duro y firme en sus apreciaciones y vaya sorpresa: aquellos que tanto denostaron de tales palabras le fueron dando la razón y de verdugo pasó a que lo condecoraran honrosamente por su aporte a la cuna de 16 expresidentes de la República.

Ha corrido mucha agua debajo del Puente del Humilladero y es triste reafirmar y advertir que el tiempo les dio la razón a esas letras premonitorias de cómo terminó este departamento, al que hoy le están poniendo los santos óleos, territorio de nadie distinto al de la guerra, el narcotráfico y los desplazamientos, sitiado por todos lados, que incluso ostenta una flamante vicepresidenta a quien no quieren ni en su pueblo y un exalcalde, hoy ministro de la paz, a quien no le sonó ni siquiera la flauta de Chancaca…

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