El tradicional Día de la Raza que veníamos celebrando desde niños y que, según recuerdo, era un homenaje a Cristóbal Colón por su “descubrimiento” de América ha cambiado de nombre: de ahora en adelante se llamará Día de la Diversidad Étnica y Cultural de la Nación Colombiana.
Será pues un homenaje a las culturas indígenas y africanas que aportaron a la formación de la Colombia de hoy. Este es el resultado de una larga batalla que data de la década de los 90, cuando se empezó a cuestionar con ahínco y mucha razón el mal llamado descubrimiento del continente, que estaba habitado por distintas culturas que quisieron aniquilar y a quienes, así sea tardíamente, se les empieza a rendir un merecido reconocimiento.
Así lo expresó la bonaverense ministra de Cultura, la eficiente Angélica Mayolo, quien recalcó que este cambio “sirve para que entendamos que debemos dejar atrás un concepto anacrónico que genera profundas discriminaciones en el mundo y reconocernos como un país pluriétnico y multicultural en que la diversidad es nuestra mayor riqueza”.
De esta manera, nuestro país se suma a una tendencia que en igual sentido han adoptado países como Argentina, que denominó el 12 de octubre Día del Respeto a la Diversidad Cultural; Costa Rica, Día de las Culturas, y Ecuador, Día de la Interculturalidad y la Plurinacionalidad, entre otros.
Sigue a El Espectador en WhatsAppHay que recordar que el extinto Día de la Raza fue instituido en Colombia en 1914, cuando España lo propuso para fomentar la unión de los países hispanoamericanos con la mal llamada madre patria.
Se acabó en buena hora el Día de la Raza y se puso en su sitio a Cristóbal Colon, aunque no se merece, entre otras cosas, que destruyan sus estatuas, porque un mérito y harto se ganó desde hace siglos y eso no se puede desconocer ni pisotear.