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Uno de los primeros logros de la COP16, que con gran éxito se está efectuando en Cali por estos días, es el aseguramiento de la realización –por fin– del Tren de Cercanías. Se trata de un macroproyecto que unirá a la capital del Valle con sus vecinos Jamundí y Yumbo, terminando así con el calvario que es recorrer las congestionadas carreteras en las que ya no cabe un vehículo más, y en las que además existe un alto nivel de contaminación habida cuenta de las emisiones de gases de efecto invernadero que crece y crece sin control alguno.
Se sabe que el Valle del Cauca es un departamento de muchos municipios, y que los más cercanos a Cali son ciudades dormitorios, y que el desplazamiento yendo y viniendo a las actividades laborales y estudiantiles, entre muchas otras, se han convertido en horas y horas perdidas por la falta de un transporte expedito y seguro. Y la solución planteada desde hace varios lustros ha sido el sueño del Tren de Cercanías que ya estaba teniendo el mismo final del rosario de obras para nuestro departamento junto con la carretera Mulaló-Loboguerrero, la profundización del canal de acceso a Buenaventura hoy engavetadas hasta el día de San Blando y ni para qué seguimos.
Pues bien: la señora Ministra de Transporte dio la buena nueva el pasado martes anunciando que la financiación de la primera fase de esta obra que, inicialmente, conectará a Cali con Jamundí está asegurada con una inversión de $10.5 billones.
La Señora Ministra, María Constanza García expresó que “entre mayo o junio del año entrante se logrará tener un convenio de cofinanciación que le permita a la región salir a contratar la construcción de la primera fase”.
Con la firma de un convenio, la mencionada Ministra, la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, el Alcalde de Cali, Alejandro Éder y sus homólogos de Jamundí y Yumbo, se comprometieron a “metérsela toda” para garantizar la ejecución de la obra.
No obstante, y sin ser aguafiestas, no faltan quienes se estarán preguntando si será verdad tanta belleza, porque al Valle se le ha “mamado gallo” en otras ocasiones, y por tanto hay motivos para la incredulidad, solo que esta vez hay un compromiso ambiental ante el mundo entero que exige su cumplimiento.
