Hoy termina el evento más importante que ha tenido Cali en su historia. Se trató de la Conferencia de las Partes de la Organización de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (COP16). Concurrieron delegados de más de 185 países de todo el orbe que se dieron cita en esta ciudad para tratar el gravísimo problema que significa la no conciencia de la catástrofe mundial que se nos vino encima por no manejar, entre otras cosas, los recursos naturales, el agua y el medio ambiente y no haber escuchado las voces de los árboles y de los ríos.
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Muy por encima de lo tratado y convenido, que será objeto de un análisis para determinar qué es lo que vamos a hacer con este planeta que va para un caos universal y que si no se toman medidas urgentes se convertirá en un infierno invivible, hay que destacar lo que nos va a quedar de la COP16, porque es la primera vez que se realiza este certamen que logró la participación de cientos de miles de personas de todas la edades y condiciones socioeconómicas en la llamada Zona Verde que, distinta a la Zona Azul realizada a puerta cerrada, permitió a propios y extraños y a emprendimientos mostrar y ofertar toda una serie de novedades tecnológicas, artesanías, gastronomía, ubicados en pequeños stands en el Bulevar del Río y alrededores de la Plaza de Cayzedo.
Por todo Cali, además, se ha disfrutado de la música, el baile, la danza y el teatro como nunca antes había sucedido y todos estos días han sido una fiesta cultural desde la mañana hasta bien pasada la medianoche.
En medio de un impresionante dispositivo de seguridad, las gentes se han volcado a las calles en una fiesta variopinta en que la que ha predominado la alegría, el respeto y, lo más importante, la unión.
Hacía mucho tiempo que no nos reconciliábamos con nuestros coetáneos. Que no nos dábamos el gusto de estrechar las manos y abrazarnos todos de corazón y solidariamente.
Y ese milagro se ha logrado. Hemos tenido un renacer de la esperanza. Volvimos a creer en nosotros mismos. Retornó la sonrisa a nuestro ceño pelietas, adusto y desconfiado.
Los más de 25 mil turistas se están yendo fascinados y repiten que Cali es la Sucursal del Cielo.
¡Gracias COP16 por haberle cambiado la cara a nuestra ciudad!