No se entiende que en este país se hable de vértigo o de velocidades extremas. Aquí todo pasa despacito. Por eso, dicen los turistas, parecemos de otro siglo. Una de dos: o somos potencia mundial de la lentitud, así no hayamos aprendido a disfrutarla, o no tenemos idea del paso del tiempo, como el resto de Occidente.
Lo ejemplifica esa foto desoladora de la entrega del Puente de Chirajara en la vía a Villavicencio, ruta toda que puede competir con el Chocó por el récord más pausado en construcción de carreteras. Ese puente se debía entregar hace un lustro, pero se desplomó. El comunicado que acompaña la foto dice que se entrega dos...
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