Se tomaron al pie de la letra lo que comenzó como metáfora. Por eso gestionan, sin vergüenza, la política como un partido de fútbol de barrio, usando su lenguaje y, especialmente, las trampas.
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Se tomaron al pie de la letra lo que comenzó como metáfora. Por eso gestionan, sin vergüenza, la política como un partido de fútbol de barrio, usando su lenguaje y, especialmente, las trampas.
Politiqueros y partidos tratan a los que piensan distinto como enemigos a eliminar, a la prensa como cámara de eco y a los ciudadanos como hinchadas a las que hay que darles espectáculo en medio de la histeria.
Piensan desde su pedestal que todo les está permitido, incluidas jugaditas deshonrosas para aplastar a la oposición, como lo hizo tantas veces un jugador embuchado como Ernesto Macías, en la más indecorosa presidencia del Senado en tiempos recientes.
O como lo acaba de hacer sin pudor el Centro dizque Democrático con Ángela Garzón, proveniente de las divisiones menores y descalificada con trapisondas en el mercado negro de los fichajes.
Pillados en fuera de lugar, porque se sienten por encima del bien y del mal, estos politiqueros, cuya clasificación encabeza el uribismo, reniegan de la ley, la objetan o la quieren reformar con articulitos. Son enemigos acérrimos del VAR, encarnado en algunos medios y periodistas decentes, a los cuales culpan de sus mezquindades.
Cambian de camiseta al mejor postor, miran su oficio como botín y le apuestan al todo vale en busca de contratos, puestos y nóminas, mimetizados en cánticos de porristas y aplausos fabricados, como sucedió tras el discurso de Duque en la instalación del Congreso y su muy diciente salida del recinto por la puerta de atrás.
Para aupar barras bravas, formados desde niños como se vio en el desfile del 20 de julio, gritan desesperados aun si no pueden convertirle goles a la democracia. En el colmo de la ineficiencia, celebran a rabiar anotaciones en propia puerta como el descarado aumento de salario a congresistas, la contrahecha ley TIC o, de manera anticipada, el inane proyecto de cadena perpetua para violadores.
Sabíamos que no eran amigos del juego limpio y que les gustaba el fútbol, pero no que fueran a tratar al país a las patadas.
@marioemorales y www.mariomorales.info