Ha sido tan descarada la desinstitucionalización y tal el irrespeto por las normas y la legalidad en que ha caído este Gobierno que hasta Estados Unidos, el cacareado mejor amigo, ha tenido que ponerles cortapisas a tantos desafueros.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Cuando ya había quienes cantaban victoria porque Mancuso se iría con sus verdades a otra parte, como lo obligaron a hacerlo hace 12 años, la decisión de deportarlo a nuestro país, justificada por Estados Unidos con que enviarlo a Italia iba en contravía de sus intereses, también es un mensaje para quienes, escondidos en presunta negligencia o incapacidad para traerlo a declarar, quieren ocultar su gigantesco rabo de paja o el de sus amigos. Es una vieja estrategia gringa de poner al borde del abismo incluso a sus aliados, pero sin empujarlos, dejándolos comprometidos hasta el cuello.
Coincide, como se publicó en medios extranjeros, con la desclasificación de documentos de los National Security Archives sobre alertas de funcionarios de ese país acerca de presuntos vínculos del exsenador Uribe con grupos ilegales, que lo pondrán a dar explicaciones justo cuando iba a celebrar que su investigación en la Corte Suprema pasó a la Fiscalía. Otro frente que se le abre. Eso explica el contrato millonario de su familia con una firma de comunicaciones en el país del norte con el fin de velar por su imagen, venida a menos no tanto frente a los ciudadanos como ante ese gobierno.
Será un juez también estadounidense quien decida si acepta el exabrupto de utilizar dineros del Fondo de Mitigación de Emergencias para un crédito a Avianca, en medio de la crisis de miles de empresas, esas sí colombianas, que han rogado por un préstamo.
Y faltará ver si alguien se hace cargo de la decisión del Mindefensa de permitir acciones de militares gringos sin el permiso del Congreso, como lo declaró el presidente saliente de esa corporación.
Ya que los órganos de control los ha cooptado el Gobierno, siempre ayuda, así sea con otros intereses, una mano extranjera para ponerles coto a quienes prefirieron hacerse pasar por ineptos para convertirse en autoritarios.