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No podía dejarnos sin aguinaldo el Gobierno Duque. La firma del decreto presidencial, a la sombra de las celebraciones navideñas, para crear más de 1.200 cargos en la Procuraduría, así su titular lo hubiera negado con ese gesto de inocencia aprendido de memoria en la escuela uribista, rubrica este 2021 con ese estilo desvergonzado que nos es tan característico. No se hubiesen molestado. En cualquier época del año la reacción ciudadana, salvo unas cuantas voces tan inconformes como inanes, hubiese sido la misma.
Es la misma cara de palo —o de guante, como dicen en el sur del continente— que pusieron los próceres que confeccionaron las listas para las próximas elecciones, en las que primaron, como en el mal periodismo, clics, apariencias y métricas, por encima de la inclusión, el pluralismo y el sentido común.
La mueca calcada a lo largo del año de congresistas negados a introducir reformas, o de quienes en Medellín azuzan revocatoria al alcalde utilizando los mismos epítetos que les impugnaban cuando debieron salir a sombrerazos.
El mismo ademán del minsalud, el mindefensa, el presidente y otros funcionarios ante las frías cifras que desnudan el incumplimiento en las metas de vacunación, erradicación de cultivos ilícitos, implementación del Acuerdo de Paz y defensa de la población, en medio del reguero de sangre por las 92 masacres con 326 víctimas en 70 municipios y los 168 líderes sociales asesinados.
La misma mímica de los involucrados en los más de 500 quemados y más de 1.500 siniestros viales, en estas raras formas nuestras de celebrar.
El mismo guiño cándido que hoy deben mostrar quienes disfrutan los $70.000 millones del escándalo de Centros Poblados, o quienes se estarían frotando las manos por $500.000 millones si se confirman denuncias por presuntas irregularidades en la asignación de un contrato de Invías.
La misma monería de quienes ven signos positivos en la altísima inflación que se aproxima, o, para no ir tan lejos, de J Balvin —y de quienes lo nominaron— al recibir el premio a “Artista Afro-Latino”.
Y muchas pruebas más de que aquí el Día de Inocentes dura impunemente todo el año.
