Esa idea, la de la tregua a partir de hoy, no es invento de Mordisco y sus disidencias ni del ELN, por más que ahora la cacareen en medio del baño de sangre nacional; es, si acaso, evocación de los intentos de la humanidad por limitar el daño de la guerra, la madre de todos los males, y que han tenido como protagonistas a la sociedad misma, la Iglesia, los poderes y la imaginación plasmada en la literatura milenaria.
Ya hace diez siglos exactos cundió la propuesta de suspender transitoriamente las violencias durante determinados días o períodos para morigerar la violencia entre nobles y alivianar los abusos sobre los más...
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