En una época inusitadamente deportiva, a raíz del inefable Mundial de Fútbol, que deja ese sabor agridulce por cuenta de las polémicas futbolísticas y extrafutbolísticas, fácilmente domeñadas por los petrodólares, la ciega afición y la doble moral, es inevitable sentir la roncha por la incertidumbre que se cierne sobre nuestra selección y el futuro inmediato del ciclismo, en medio de la falta de transparencia.
De la primera, con una dirigencia cuestionada e investigada, es difícil esperar grandes gestas luego de la aterrizada por la autoeliminación de la cita orbital en Catar y el cierre del ciclo de algunos de quienes lideraron una generación que nos ofreció lo mejor y lo peor del sueño futbolero. Si fuera por coherencia, habría que buscar el entretenimiento y la afición por otros lados; pero la pasión, y eso lo saben quienes mal manejan el deporte, estará por encima de todo. No es sino que se inicie una nueva eliminatoria…
Tampoco hay ilusión con las principales carreras ciclísticas del mundo, donde los nuestros eran inveterados protagonistas. La niebla que cubre presente y futuro de dos de nuestros mejores exponentes, investigados o en vías de serlo, vinculados a sustancias prohibidas, es mucho más grave que la ausencia de pedalistas estelares en las principales pruebas europeas.
El monstruo del dopaje, la presión de los grandes patrocinadores, el paso lento de la tecnología de control frente a la habilidad de quienes desde la ciencia o la innovación anticipan la trampa, los intereses cruzados,los tribunales herméticos y el secretismo de lo que sucede al respecto impedirán saber qué se esconde detrás de la persecución al gran Nairo Quintana y a quien prometía ser su émulo, Supermán López.
Es, más allá de las faltas cometidas, como si hubiesen caído en desgracia en una actividad que tiene deudas con el juego limpio. Son importantes tiempos, registros y gestas frente a seguidores cada vez más exigentes y con mayor oferta de consumo mediático; pero lo es más la transparencia de disciplinas desde antaño puestas como ideal de superación, sana competencia y ejemplo de comportamiento. Todo parece indicar que aficionados y algunos deportistas seguimos perdiendo…
