El drama del sector telecomunicaciones es insostenible desde todo punto de vista. Primero, un operador le bloquea las llamadas de su red (la más grande de Colombia, por cierto) al operador nuevo que entraba a competir, un caso de evidente matoneo del grande al chiquito que requería medidas cautelares urgentes, lo cual terminó en multas tardías y un daño irreparable. Después, a otro operador le dio por generar cobros ficticios para bloquear la portabilidad e impedir que sus usuarios tomaran su número y se lo llevaran a la competencia. Eso también terminó en sanciones de las autoridades.
Como por hablar con nombres propios de la coyuntura, Claro salió hace poco diciendo que le parece inconveniente que Tigo y Movistar se unan para compartir red, diciendo que eso restringiría la competencia y podría afectar el servicio y la inversión. Al resto de operadores les ha parecido preocupante que la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) no haya tomado medidas después de que declararon a Claro como un operador dominante. Solo por referencia, Claro tiene más del 50% de participación de mercado y más del 60% de los ingresos de la industria móvil. Como si fuera poco, los siguientes dos competidores están en serios problemas financieros. ¿Para dónde creen que va este mercado?
Las autoridades, mientras tanto, siguen sin tomar decisiones y aplazando sus responsabilidades, evadiendo su papel de liderazgo. La higiene de una sana competencia está en peligro en el sector.
Esto es muy preocupante, pues este Gobierno podría estar cocinando el ambiente perfecto para otra crisis sectorial, si es que ya no está desatada. La última vez que advertimos esto, infortunadamente, fue en el caso de Avianca. Desafortunadamente, hoy los colombianos estamos pagando las consecuencias con precios de hasta el doble por cada tiquete aéreo. En ese sector ya es demasiado tarde para actuar, pero, por fortuna, podemos tener una historia distinta en telecomunicaciones.
La CRC va a subastar el espectro de 5G en los próximos meses, una subasta de la cual depende el futuro de la conectividad en Colombia. En algunas medidas las autoridades han sido valientes para que los colombianos puedan seguir disfrutando de un servicio que, a pesar de todo, ha mejorado en cobertura, bajado precios y conectado al país con mejores oportunidades. En otras, sin embargo, han sido excesivamente tímidas. El problema es que, en estos momentos, con una subasta de espectro clave a la vuelta de la esquina, la negligencia nos va a llevar a afrontarla sin los correctivos necesarios para que la competencia les siga mejorando la vida a los colombianos.
¿Por qué la CRC tomó la curiosa decisión de aplazar las medidas de posición dominante en este preciso momento? ¿Por qué les parece conveniente corregir un mercado solamente después de que se haga la subasta? No se sabe, pero lo que sí está claro es que la subasta del espectro 5G y una parte del espectro 4G se realizará el 20 de diciembre. Tal y como están las cosas, tenemos un operador dominante que va en autopista y sin los límites de velocidad necesarios para evitar accidentes. Los candidatos que le siguen están en problemas financieros y el que le sigue, que es Wom, apenas está en la senda de crecimiento.
La carrera por la conectividad 4G y 5G todavía tiene pista, todavía tiene carros y todavía tiene oportunidades, tal y como le pasaba al sector aéreo en Colombia. Sería un retroceso de años si nos quedamos entre choques, sin mantenimiento y con un solo competidor. Para solucionar este problema antes de que crezca solo toca volver al acuerdo sobre lo fundamental: que las autoridades garanticen que se tomen las medidas oportunas y se cumplan las reglas de juego, al igual que las empresas compitan y los usuarios elijan. El resto es carreta.
Nota. Me surge la duda de si el presidente Petro y el mincomercio Umaña conocen la gravedad del tema. O si el mintic Lizcano, el señor Saúl Kattan y la CRC lo tienen con bajo perfil. Un escándalo sectorial podría ser determinante para la popularidad del presidente.
En todo caso, el presidente sigue sin nombrar a su comisionado en la CRC. Los árbitros del partido están “despiporrados”.
