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¿Es el “diálogo” la única forma de poner fin a la guerra?

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Mauricio Botero Caicedo
14 de septiembre de 2025 - 05:00 a. m.
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Según prensa oficialista y funcionarios del régimen venezolano, la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito habría afirmado que Venezuela “se ha consolidado como un territorio libre del cultivo de hoja de coca, así como de la presencia de carteles criminales internacionales”. De ser cierto, ¿los burócratas de la ONU tienen tan nublada la vista que creen que las decenas de lanchas rápidas que salían de San Juan de Unare transportan es hallacas? ¿Sospechan que la matanza que cobró la vida de 78 personas en el 2018 en este mismo poblado no fue por disputas territoriales entre narcotraficantes, sino diferencias sobre el alumbrado público? ¿Creen que la coca sembrada en el oriente colombiano y concretamente en el Catatumbo no termina es en Venezuela? ¿En el país vecino, en donde las Fuerzas Armadas controlan prácticamente toda la economía, asumen que Venezuela es una especie de Luxemburgo latinoamericano donde no existe el narcotráfico? ¿No se han enterado de que en Venezuela operan con total impunidad los narcoterroristas de las FARC y el ELN, carteles criminales binacionales cuya principal actividad es traficar estupefacientes, oro y otros minerales preciosos? Además de miopes, ¿son torpes?

Maduro no es el presidente legítimo de Venezuela: es un vulgar expoliador, un “okupa” que, en convivencia con Cabello, Padrino y los hermanos Rodríguez, adulteraron los resultados de las pasadas elecciones para afianzarse en el poder. La solemne tontería que propone el exgobernador del Estado de Miranda en Venezuela, Henrique Capriles, es que el “okupa” se siente a “dialogar” con Trump sobre el cargo que abusivamente ha usurpado. Lo único que se puede negociar con Maduro, como en su día lo expresó María Corina, es el día y la hora en que debe abandonar el poder.

No solo dentro de los “progres” ha hecho carrera la falacia de que el “diálogo”, acompañado de la “tregua”, es el único camino que conduce a la paz. Kerensky, aquel inolvidable columnista que el final del siglo pasado les advirtió a los colombianos los peligros de dialogar con hampones, en un artículo publicado en El Tiempo hace cuarenta años, afirmaba: “Por otra parte, conviene poner de presente la falsedad de la tesis anunciada a grande orquesta que ‘el diálogo’ es la única forma eficaz de poner fin a la guerra. Esta afirmación no es históricamente cierta. Yo, Kerensky, recuerdo el desastroso diálogo de Múnich en 1938, origen de la Segunda Guerra Mundial y que ocasionó el descrédito y la muerte de su gestor, el pacifista Chamberlain, quien lamentablemente confundió su paraguas con una paloma de paz. También fue fatal el diálogo de Yalta, donde un presidente moribundo le entregó toda la Europa Oriental a un dictador astuto e inescrupuloso”.

En relación con los peligros inherentes a las treguas incondicionales, Kerensky, en otro de sus artículos afirmaba: “En emboscadas y ataques arteros, las Fuerzas Armadas se desangran diariamente. La tregua es camino que conduce con más frecuencia a la guerra que a la convivencia. No podemos continuar evitando un duelo al sol para que algunos salteadeores sigan impunemente perpetrando asesinatos en la sombra”.

Apostilla. ¡Lo de Boris Johnson aceptando plata de Maduro es una vergüenza para él y para todos los ingleses!

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MARIO BERRIO(jbw8b)15 de septiembre de 2025 - 04:34 a. m.
El plomo, como lo hizo Uribe, es el único lenguaje que entienden los delincuentes.
Felipe Fegoma(94028)14 de septiembre de 2025 - 10:52 p. m.
La organización terrorista vasca ETA declaró que dejaría la violencia cuando las policías española y francesa ya la habían derrotado y estaba acotralada, eso no fue "dialogando,".
Atenas (06773)14 de septiembre de 2025 - 06:38 p. m.
Fruto de la ilustración y sindéresis es esta acertada columna con la cual se reafirma y concluye q’ no es factible firmar acuerdos o entablar diálogos con hórridos criminales si 1º no se dispone de la espada. En Colombia, debido a nuestra violenta trayectoria, los fementidos pactos de paz no son más q’ aires o respiros q’ se les da a tenebrosas bandas criminales pa q’ se rearmen y fortalezcan, el fallido acuerdo del tartufo Santos con las Farc obra de ominosa prueba. Atenas.
Mario OROZCO G.(16018)14 de septiembre de 2025 - 04:34 p. m.
Excelente información.
Hernán Patiño Arias(49621)14 de septiembre de 2025 - 04:00 p. m.
Plomo es lo que hay al mejor estilo del uribato.
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