Somos como enanos a hombros de gigantes, de manera que podemos ver más que ellos y cosas más lejanas, no por nuestra agudeza de vista o altura, sino porque estamos elevados por su gran altura”
Bernardo de Chartres
En el siglo XII, el filósofo Bernardo de Chartres, observando que los avances presentes son posibles gracias al conocimiento acumulado por generaciones pasadas, reconoció que los hombres, al apoyarse en los hombros de los gigantes, pueden ver más lejos. Varios siglos después, sabios como Roger Bacon e Isaac Newton reforzaron en sus escritos lo dicho por de Chartres. Y si bien hay seres cuya humildad y virtud les permite reconocer que han cabalgado sobre la espalda de los gigantes, hay otros que son unos “pigmeos nefarios”, liliputienses que no buscan montarse en los hombros de los gigantes para ver más lejos sino, en el vano...
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