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Para discernir la grave crisis fiscal que hereda Claudia Sheinbaum de AMLO, basta entender que 30 millones de familias mexicanas (seis de cada siete familias del país), directa e indirectamente, son subsidiadas por el Estado a través del presupuesto público: “De los 35 millones de familias que hay en el país, 30 millones reciben directamente parte del presupuesto público: 25 millones, a través de los programas sociales del Bienestar, y los otros cinco millones son servidores públicos, quienes también reciben recursos del erario”. Estos guarismos explican no solo un déficit fiscal que se acerca al 6 % del PIB, sino una de las principales políticas de AMLO: “Si se mueve, subsídienlo”. Estas cifras también explican el relativamente alto porcentaje de aprobación de AMLO (60 %), al igual que el porcentaje de los votos que alcanzó la exalcaldesa de Ciudad de México para llegar a la primera magistratura (60 %). Pero AMLO no solo le deja como legado a Sheinbaum unas finanzas maltrechas, sino una crítica situación de orden público. Durante su sexenio, alrededor de 200.000 personas fueron asesinadas o desaparecidas y al menos 36 personas que aspiraban a un cargo de elección popular en México, según un análisis de The New York Times, han sido liquidadas de manera violenta. Los índices de violencia en México son los peores de los últimos 50 años y los homicidios dolosos se mantienen en máximos históricos. Los carteles de la droga controlan importantes sectores de la economía, poniendo en evidencia que la estrategia de seguridad de AMLO, sintetizada en la frase “abrazos, no balazos”, es una farsa.
Hay tres pertinentes preguntas que hacer. La primera es: ¿el Congreso mexicano va a aprobar, aun antes de posesionarse Sheinbaum, una serie de reformas —muchas de ellas antidemocráticas— que convertirán a México en una nación autocrática al servicio del partido Morena, el nuevo PRI? La respuesta es que todo apunta a que unas mayorías importantes en el Congreso sí van a aprobar estas leyes. La segunda es: ¿la presidenta electa Claudia Sheinbaum va a marcar diferencias con AMLO, especialmente en el manejo económico y de orden público? La respuesta es que Sheinbaum sí va a establecer diferencias con AMLO. En lo económico, ella sabe que el déficit fiscal es insostenible y que es necesario equilibrar las finanzas públicas. Por el lado del orden público, de hecho, el manejo que le dio en la Ciudad de México es bastante diferente al que impuso AMLO en el resto del país. Finalmente: ¿AMLO, como lo ha prometido, se va a abstener de participar en el debate político, como es la tradición de los presidentes mexicanos una vez abandonan el poder? Apostaría a que no va a romper la tradición y va a guardar un prudente silencio.
Apostilla. Sobre la peregrina e infantil tesis para manosear a su antojo el Acuerdo de Paz del Gobierno Santos —estrategia que parece ser fue ideada por el expresidiario Álex Vernot—, que sostiene que una constituyente puede ser convocada por decreto, el jurista de sólidas credenciales de izquierda Rodrigo Uprimny afirma: “Creo que es una tesis innecesaria, improvisada, inoportuna, contradictoria, ambigua y riesgosa”. El mismo Timochenko afirma que una constituyente es una “aventura peligrosa e innecesaria”.