Desde el 2010, las remesas a los países desarrollados se han duplicado, llegando en el 2022 a la astronómica cifra de US$647.000 millones, un monto superior a la inversión directa y a la ayuda de los organismos multilaterales. Según el Fondo Internacional del Desarrollo Agrícola (FIDA), cada año, 200 millones de trabajadores migrantes envían dinero a sus hogares, y 800 millones de personas se benefician de estos flujos. Uno de cada ocho habitantes en el mundo participa en el envío y la recepción de remesas. En más de 70 países las remesas constituyen al menos el 4 % del PIB. Según FIDA, “aproximadamente el 75 % de las remesas se destinan a comprar alimentos y costear los gastos médicos, domésticos o de escolarización. En tiempos de crisis, los trabajadores migrantes envían más dinero a sus casas para sufragar la pérdida de las cosechas o las urgencias familiares”. Un artículo de Barron’s del 2022 afirma que las remesas tienen un efecto anticíclico, ya que reducen la volatilidad del crecimiento a nivel microeconómico, y permiten a los hogares pobres mejorar los resultados educativos y de salud de los niños.
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Parte de las sombras de las remesas es que sirven para mantener en el poder regímenes totalitarios. En el caso de Nicaragua, las remesas pueden llegar a los US$5.000 millones, una cifra superior al 30 % del PIB. En el caso de Venezuela, la tercera parte de los hogares dependen de las remesas de 7,3 millones de venezolanos que han huido escapando de la pobreza y la represión del régimen. La enorme ironía es, precisamente, que mientras la dupla Ortega-Murillo, por un lado, y Nicolás Maduro por el otro, mantienen un discurso antiimperialista, son precisamente los recursos que llegan de las economías tildadas por estos imbéciles como “neoliberales” las que mantienen sus regímenes corruptos en el poder.
Un reciente artículo en el WSJ resalta que el economista Connel Fullenkamp afirma que las remesas se pueden volver problemáticas una vez superan del 5 al 10 % del PIB, dado que pueden reducir los incentivos para trabajar de los receptores. Pero posiblemente el mayor problema es que las remesas pueden postergar, muchas veces de manera indefinida, los cambios sociales, políticos y económicos que en primer lugar son necesarios para morigerar el flujo de emigrantes. Según el economista Ted Hanken, “las remesas lubrican las ruedas de un sistema que no funciona”.
Apostilla: Según la revista Semana, el asesinado candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio había denunciado vínculos entre Piedad Córdoba, Álex Saab, el expresidente Rafael Correa y las FARC. En una intervención ante la Asamblea Nacional el pasado marzo, Villavicencio había afirmado: “Desde el financiamiento de las FARC al correato en 2006, hasta los aportes del crimen organizado y la mafia albanesa a las campañas de 2021, han contaminado la política con dinero del narco y la corrupción”. En opinión de este columnista, es urgente que el Grupo de Puebla, liderado por los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero, Ernesto Samper y Rafael Correa, se pronuncie respecto a Correa y afirme “que todo es un entrampamiento”, “que fue a las espaldas”, y “que se acaban de enterar”.