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Motos en los tiempos de la transición

Mauricio Botero Caicedo
04 de diciembre de 2022 - 05:30 a. m.

Contrario a las creencias de los populistas y los progres —con la posible excepción del aire, la lluvia y los rayos del sol—, no hay nada gratis en esta vida. Cuando hablan de educación o salud gratuita, lo que no explican es que la educación y la salud, especialmente aquellas de calidad, de gratuitas no tienen nada. Otra cosa es que el que termina pagando sea otro, con casi certeza el contribuyente.

Hoy en el país hay más de 10,5 millones de motos, de las cuales solo el 40 % tienen seguro. Según reciente artículo en el diario La República, “Colombia este año se convertirá en el décimo país que más motos vende cada año, cerca de 900.000 unidades nuevas entrarán al parque automotor. El mercado local de las motos superará a Estados Unidos, y por encima solo quedarán países asiáticos más Brasil…”. El Gobierno, al rebajar el SOAT a las motos hasta cierta cilindrada, nos ha trasladado este costo tanto a los usuarios que sí pagamos como a los contribuyentes. Según los entendidos, el raciocinio detrás de esta rebaja es que se formalizarían los motociclistas que no pagan el seguro. De ser así, la medida del Gobierno ha debido ser transitoria y en el evento de que sí se materializara un aumento importante en el número de motociclistas que adquieren el seguro, volverla permanente. Sorprende la rápida aceptación de mecanismos del mercado por parte del Gobierno. Como lo señala el columnista Thierry Ways en su más reciente columna en El Tiempo: “Parece que el Gobierno hubiera adoptado la tesis del economista Arthur Laffer, piedra angular del neoliberalismo reaganiano, quien explicaba que, en ciertas circunstancias, reducir los impuestos aumenta el recaudo, en lugar de disminuirlo”.

En opinión de este columnista, el Gobierno desaprovechó una excelente oportunidad para impulsar la transición de motocicletas convencionales a eléctricas. Las actuales, en su mayoría viejas, envenenan el aire y contribuyen a la contaminación auditiva. Las motos eléctricas no contaminan, no hacen ruido, tienen un costo de operación sustancialmente más bajo y su mantenimiento, dado el considerablemente menor número de piezas, es más económico. Con relación a las motos eléctricas, el Gobierno hubiera podido actuar en varios frentes aparte de rebajar el costo del SOAT: eliminar los aranceles y disminuir el IVA, y modificar los otros impuestos y obligaciones como la revisión técnico-mecánica y los impuestos vehiculares y de semaforización. Paralelamente el Gobierno ha debido iniciar un programa a nivel nacional para compeler la instalación de puntos de recarga para motos en todas las estaciones de gasolina y parqueaderos públicos del país. Con incentivos bien diseñados, y una regulación adecuada, en una década la totalidad del parque de motocicletas en el país sería eléctrico.

Apostilla. La contaminación que causaron los más de 250 líderes y cacaos del mundo desplazándose en sus aviones ejecutivos para asistir a la COP27 en Egipto fue descomunal. Se calcula que cada uno de esos aviones produce 250 toneladas de CO2 por hora de vuelo. Si se multiplica 250 vuelos por un promedio de 14 horas ida y vuelta, los presuntos protectores del medio ambiente emitieron 875.000 toneladas de CO2 en sus desplazamientos, lo mismo que emite una población de 438.000 personas al año. ¡Bonita forma de ayudar a salvar el planeta!

 

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