Este columnista pocas veces había sido testigo de algo tan cantinflesco como la toma de las instalaciones de la revista Semana por parte de un grupo de indígenas, principalmente integrantes del pueblo misak. La diferencia es que mientras que fuimos nosotros los contribuyentes quienes financiamos la cantinflesca asonada a Semana, la toma violenta del Palacio de Justicia por el M-19 fue financiada por el narcotráfico. Si bien a Didier Chirimuscay, la aparente cabeza visible de estos holgazanes, sus pocas neuronas le dan para vociferar consignas ininteligibles, en realidad (como lo sugiere María Isabel Rueda) detrás se esconde...
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