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¿A quién le importa la cultura ciudadana?

Mauricio García Villegas
20 de abril de 2024 - 09:05 a. m.

Cuando los políticos hablan de cultura ciudadana entienden algo parecido a “fiesta callejera” y, si son de derecha, entienden algo parecido a desorden. ¿Recuerdan el caso de Manuel Córdoba, el frustrado secretario de cultura de Medellín? El alcalde Federico Gutiérrez, según palabras del mismo Córdoba, lo había nombrado con el siguiente objetivo misional: “Ve, Manuelito, hacete ahí y resolveme ese chicharrón tan verraco”. Cuando el desenfadado secretario dijo eso, Fico, por supuesto, lo destituyó de un plumazo, no sin aclarar que él sí se tomaba en serio la Secretaría de Cultura.

Le verdad es que pocos alcaldes se toman en serio la cultura ciudadana, tal vez porque vivimos en un país desmemoriado que no recuerda las enseñanzas de Antanas Mockus sobre este asunto o, peor aún, en un país despistado que ni siquiera sabe qué hizo Antanas Mockus. El hecho es que la cultura ciudadana no solo es un asunto de folclore y encuentro callejero (que lo es, por supuesto) sino también, y sobre todo, un tema de convivencia, de respeto entre iguales y de cumplimiento de reglas. Por eso, como lo mostró Mockus, la cultura ciudadana es transversal a todas las políticas públicas: la seguridad, la tributación, la educación, el desarrollo y la movilidad. No tener en cuenta esa conexión ha llevado, en innumerables ciudades del país, al fracaso de muchos alcaldes.

Miren, por ejemplo, lo que está pasando con las motos. Según reporta Darío Hidalgo Guerrero, en Colombia tenemos una tasa de muertes de 15,5 por cien mil habitantes en las vías públicas, lo cual nos pone a la cabeza del ranking mundial de la movilidad infame. Se calcula que más del 60 % de los hechos que producen esas muertes involucran a una moto. Medellín es la ciudad del país con las peores cifras en esta materia.

Lo increíble es que esta tragedia humana es evitable y depende, como lo he dicho tantas veces en esta columna, de una combinación de reglas estrictas (sobre todo de control de la velocidad), cambios en la infraestructura y la cultura ciudadana. Esta receta, que es bien conocida, implica un trabajo coordinado entre la Secretaría de Movilidad, la policía vial y la Secretaría de Cultura. Pero en la práctica eso no ocurre porque los secretarios de cultura, o al menos los que saben de su oficio, casi nunca logran incidir en las políticas diseñadas por la Secretaría de Movilidad o por la policía de tránsito. Sus preocupaciones son vistas por el alcalde y por sus colegas como asuntos baladíes, inmanejables (“ese chicharrón”) o, lo que es más común, como un tema políticamente intratable. Me explico: los motociclistas se han convertido en una masa humana imposible de ordenar porque cuando un alcalde intenta imponerles restricciones, ellos amenazan con bloquear la ciudad; por eso los mandatarios locales prefieren no hacer nada. Mientras tanto, la lógica primaria y trágica del motociclista (la de muchos, al menos) sigue su curso deplorable: “corro un riesgo extremo con tal de no perder mi libertad de movimiento”. Los controles podrían salvarle la vida, pero él prefiere ser libre.

El alcalde Federico Gutiérrez acaba de nombrar a Santiago Silva como secretario de cultura. Santiago es un joven brillante, profesor e investigador de la Universidad Eafit, sabe mucho de cultura ciudadana y conoce bien la ciudad. Si el alcalde lo deja trabajar con las demás secretarías en el tema de la movilidad, puede salvar muchas vidas. Eso demostraría que a Fico sí le importa la cultura ciudadana.

 

Eduardo Sáenz Rovner(7668)21 de abril de 2024 - 01:35 a. m.
Kagajistán al fin y al cabo. Cambiar el ADN es casi imposible.
FERNANDO(sv6gc)20 de abril de 2024 - 11:22 p. m.
Los motociclistas -en un buen número-son iguales en sus comportamientos irracionales a muchos petristas que creen tener la razón en el despelote de nuestro país.
DORA(2370)20 de abril de 2024 - 09:14 p. m.
Conocemos su fijación mental contra las motos, las principales víctimas de accidentes de tránsito son ellos,sí, porque los perfumados dueños de carros les tiran a matar y lo consiguen, no habla de las infracciones que cometen estos ilustres ciudadanos y los accidentes que provocan. Por infringir las normas no mire para un solo lado, seguramente no le ha tocado, o se hace el de la oreja mocha, con los automotores de todos los tamaños, los ciclistas, para los que las normas de tránsito valen cinco
  • Luis(11222)20 de abril de 2024 - 10:07 p. m.
    Pareciera que no sales a la calle. Motos pasan por los andenes, cruzan las cebras, en las bermad van en contravia. En kas calles cikebrean y defienden su carril imaginario entre los carros. Cruzan en rojo. Etc etc. Son una plaga... Por eso la gente común no lis quiere.
Usuario(88872)20 de abril de 2024 - 07:41 p. m.
Y para información al señor García, los suscriptores obtusos del EE y por no decir la mayoría de la sociedad colombiana, no se han enterado que en el año 2017 la mundialmente prestigiosa Universidad de Harvard (Boston, E.U.), le rindió un homenaje al legado de Antanas Mockus con un libro titulado: "Cultural Agents Reloaded: The Legacy of Antanas Mockus"... La ignorancia, envidia, y la pose de sabelotodo... se impone en la Colombia Rota !!!
Usuario(88872)20 de abril de 2024 - 07:32 p. m.
Señor García, y usted no menciona cómo los sucesores del Dr. Antanas Mockus con la excepción del presidente Gustavo Petro (exalcalde de Bogotá) demolieron todo el programa de la cultura ciudadana en Bogotá. Y últimamente usted va en sus columnas lanza en ristre contra todos los esfuerzos del presidente Petro de hacer un país más pacífico y humano. Claro usted tiene que ser fiel a sus amigotes Alejandro Gaviria, el sesgado Abad Faciolinces, hasta Vicky Dávila familia de los mafiosos Gnecco...
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