Decir la verdad es, sin duda, un deber, pero ¿tiene excepciones? Immanuel Kant, el gran filósofo alemán del siglo XVIII, pensaba que no, que ninguna mentira estaba justificada. Muchos se han opuesto a esta idea, entre ellos Benjamin Constant, con el argumento de que la valoración moral de ese deber depende de las circunstancias. Creo que, en este debate, Constant tenía la razón. Digo esto a propósito de la publicación póstuma de En agosto nos vemos, de García Márquez. Esta novela, escrita antes de que el autor cayera en las brumas del Alzhéimer, estaba terminada pero no lista para ir imprenta, con lo cual sus hijos, herederos de sus bienes, han violado la voluntad de su padre de no publicarla. Pero, así como existe el deber de decir la verdad, ¿existe el deber de no traicionar la voluntad del autor fallecido? No lo creo.
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El deber de traición
09 de marzo de 2024 - 02:05 a. m.