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Cuando en América Latina se habla de la “madre patria” algunos reniegan de esa maternidad, la mayoría levanta los hombros y no faltan aquellos que ni siquiera saben lo que eso significa. Los países que han vivido largos períodos de sumisión quedan marcados para siempre por las imágenes de opresión de su pasado; de ahí nuestra malquerencia contra España. Con otras potencias mundiales hemos sido más benévolos. A Estados Unidos, que no se ha portado mejor, lo vemos con una mezcla de resentimiento y admiración, desvanecida en los efluvios de la sociedad de consumo. Francia, que en épocas pasadas admiramos tanto, ahora simplemente nos...

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María(17011)07 de agosto de 2023 - 11:49 p. m.
Comparto con usted su aprecio por Carlos Granés y espero intercalar la lectura del Viejo malestar del Nuevo Mundo con Delirio Americano. Por otra parte, le quería manifestar mi deseo de que en alguna de sus columnas se refiera al Informe de la Comisión de la verdad. Estoy leyendo un tercer libro de este Informe: el Capítulo étnico.
María(17011)07 de agosto de 2023 - 10:51 p. m.
Pensando en estas relaciones culturales e históricas e imaginando como seguir fortaleciéndolas. Y, leyendo su libro El Viejo malestar del Nuevo Mundo. Muy bueno.
Daniel(ogyoi)30 de julio de 2023 - 03:20 p. m.
Yo no puedo tener sentimientos negativos hacia España. Puedo, eso sí, rechazar e incluso despreciar la actitud arrogante de algunos de sus nacionales. Pero no es chauvinismo, experimento la misma reacción frente a connacionales que muchas veces fungen como importantes directivos, ministros e incluso presidentes.
Daniel(ogyoi)30 de julio de 2023 - 03:12 p. m.
Por otro lado, creo que habiendo recibido a tantos colombianos que viven, estudian o trabajan con estándares del primer mundo, España está resarciendo, y lo hará con creces, el daño causado por los primeros colonizadores.
Daniel(ogyoi)30 de julio de 2023 - 03:10 p. m.
Y no hay que olvidar que muchos de nosotros tenemos padres o abuelos españoles que llegaron a Latinoamérica en diferentes momentos de los últimos cien o ciento veinte años. Son nuestros ancestros, nos dieron una parte de las expresiones culturales con las que construimos nuestra identidad. Así que renegar de España es bastante autodestructivo, en ese sentido.
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