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Por quién votar

Mauricio García Villegas
14 de mayo de 2022 - 05:30 a. m.

Por estos días circula en El Espectador una encuesta que le muestra a uno en qué sitio del espectro político está y por cuál candidato debería votar. La encuesta logra lo primero, es decir, detectar la posición política, pero no acierta en lo segundo, esto es, identificar al candidato. El error está en creer que la gente solo vota por las ideas, no por las personas.

Es cierto que con malas ideas no se hace un bueno gobierno, pero las buenas propuestas no bastan, ni siquiera son la clave del voto. Hay algo más importante y es el talante emocional del candidato: su personalidad, la manera como se relaciona con su equipo de trabajo, con sus copartidarios, con sus opositores, con las instituciones, con los jueces, con los periodistas y con la ciudadanía en general.

Claro, cada votante valora ese talante emocional como quiere. Algunos admiran la grosería; otros, la calma; otros, la picardía. En mi caso, pienso que un buen gobernante es alguien que, si bien está convencido de sus ideas (sin esa convicción nada es posible), no se cree infalible. Oye a los que piensan distinto, respeta la ley que lo constriñe, no acalla a los periodistas de la oposición, pregunta a los expertos, investiga y, sobre todo, piensa en el bien común, antes que en el suyo propio. Un buen presidente, en síntesis, gobierna con convicciones, no con dogmas.

¿Es acaso tal cosa una manifestación de tibieza? No lo creo. En este país las redes sociales se inventaron el disparate de que un empecinado errático es mejor que un cauteloso certero. Me dirán que no es así y que lo que se defiende es a un empecinado certero. Puede ser, pero la gente empecinada se suele creer iluminada, lo cual es la materia prima de su autoritarismo.

Todo lo que he dicho (algunos lo habrán adivinado) me lleva a preferir a Sergio Fajardo sobre Gustavo Petro en la actual campaña presidencial. Creo que Fajardo no solo tiene un mejor programa, con propuestas viables, realistas, que entrañan cambios profundos en la sociedad colombiana, sino que tiene el talante moral del buen gobernante. Adicionalmente, está acompañado del mejor equipo, con la gente más preparada, que más conoce y que mejor sabe cómo enfrentar las complejidades de este país.

Petro tiene buenas ideas, sin duda, pero carece de la capacidad para trabajar en equipo y para surtir todo el complejo proceso que va de la buena idea a su implementación. Petro es un ideólogo y un buen polemista, que gobernaría para sus huestes, para sus aduladores; difícilmente, para el país entero, incluidos sus contradictores. Si viviéramos en, digamos, Noruega, yo no tendría problemas con un gobierno de ese tipo. Pero vivimos en Colombia. Un país con muchas injusticias por resolver, pero sobre todo con muchas furias por apaciguar. Para lograr eso, para evitar que vuelvan “los viejos queridos odios”, necesitamos un presidente jefe de Estado, no un presidente jefe de partido.

¿Y Federico Gutiérrez qué?, me dirán algunos. Pues no está en mis cuentas. Primero, porque recoge el peor programa posible, que es el del continuismo, y segundo, porque está apoyado por las peores maquinarias políticas de este país, con lo cual tiene amarrada su voluntad. Eso sí es tibieza.

Cuando terminé de responder la encuesta pedí el nombre de mi candidato. Me sorprendí al ver el nombre de alguien que no me gusta. Me imagino que no soy el único al que le ha pasado eso. No se preocupen, la encuesta no indaga por el talante emocional del candidato y por eso no da la información correcta.

 

Luigi 74(49812)15 de mayo de 2022 - 07:58 p. m.
Al contrario si viviéramos en Noruega Sergio Fajardo sería el candidato ideal porque no había mucho que cambiar, sino mantener el sistema democrático tal como está, pero en Colombia donde hay una feroz ultraferecha se necesita un muro de contención, alguien con carácter, que los haya confrontado, y ese hombre es Petro. Nunca va ver un consenso absoluto.
German(4794)15 de mayo de 2022 - 05:12 a. m.
Un análisis demasiado superficial, sin nada de profundidad. Lo que ha mostrado el equipo de Petro es coherencia y unión, en cambio al centro de la esperanza lo mataron los egos de sus integrantes.
Imagin(14177)15 de mayo de 2022 - 03:13 a. m.
Tenemos un deber moral y patriótico con nuestro país y con nuestro propio futuro y el de nuestras familias: Rescatar a Colombia de las garras de intereses nefastos que la han convertido en un escenario permanente de violencia, desesperanza y corrupción. Esa lucha la debemos dar todos los días, y en esta coyuntura electoral la daremos desde las urnas el próximo 29 de mayo. Pacto Histórico al poder.
Camalejon(7327)14 de mayo de 2022 - 11:41 p. m.
Muy poco observador Mauricio García Villegas, que hablando de Fajardo no se dió cuenta de la total falta de liderazgo dentro de su partido, permitiendo que se fragmentara en peleas intestinas sin ser capaz de decir mu! ¿Mauricio, no le parece grave elegir un presidente carente de liderazgo? Entre un "empecinado" como Petro, y un "sin liderazgo" como Fajardo, ¿prefiere al segundo?
Lorenzo(2045)14 de mayo de 2022 - 11:17 p. m.
Respetando la historia de la ciudad de Medellin es imperativo ético (más que kantiano) afirmar taxativamente que NINGÚN GOBERNANTE ANTIOQUEÑO EXALCALDE o EXGOBERNADOR está habilitado moralmente para ser presidente de Colombia. Por accion u omisión cohonestaron con la corrupta involución de la ciudad y del departamento. Vergüenza es lo que les falta a los escuderos de los candidatos de esta región.
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