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Cómo decir prostituta en chino

Mauricio Rubio

06 de junio de 2018 - 11:30 p. m.

Tras una revisión minuciosa de documentos, la antropóloga Pascale Coulette identificó unos 700 ideogramas relacionados con el comercio sexual en la China desde la Antigüedad.

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Por siglos el término prostitución giró en torno al carácter ji, mujer de baja condición y posteriormente música. Se convirtió luego en genérico para las artistas y después se limitó a la mujer que comercia con su cuerpo. Hasta el siglo XVIII, lo fundamental era el tipo de cliente, del emperador al ciudadano común: guangji, prostitutas del gobierno, yingji, de cuartel; las últimas en aparecer, shiji, prostitutas comerciales, eran para los hombres en general. El estatus público o privado marcaba otras diferencias. Las primeras eran esclavas, prisioneras de guerra o familiares de criminales. Las del mercado provenían de familias pobres que vendían a sus hijas.

Otra clasificación surgía de la especialidad del servicio, o del lugar de origen. Se distinguía a la prostituta que cantaba y recitaba de la que bailaba, e incluso de la especializada en cierto tipo de danza o instrumento. Abundan las metáforas literarias. Las alegorías se refieren a la gracia y a la belleza con expresiones construidas a partir de hua, flor. La prostituta es niña de flores, dama flor, o flor que flota y pistilo que vaga. Algunos términos matizan esos escenarios tan floridos. El macaco compara el comportamiento de la prostituta con el de dicho animal ante el tigre, al que seduce antes de aniquilarlo. Biao es antónimo de li, interior, y señala que la prostituta, a diferencia de la esposa, es una mujer de la calle.

La primera mitad del siglo XX es convulsionada por los levantamientos y el creciente control comunista. El nuevo orden social es incompatible con el comercio carnal, que se restringe. La prostitución es ahora un pozo de fuego que atrapa mujeres caídas. Se acuña el término vender lujuria. Bajo el marxismo la prostitución es un problema social, no un asunto individual. Se introduce la idea de victimización de la mujer y se condena la actividad.

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Con el comunismo se sofistican los disfraces semánticos. La abolición del oficio y la redención de las prostitutas son parte del programa de liberación femenina. Para finales de los 50 se concluye que el fenómeno ya no existe, a nadie le interesa y no hay necesidad de nombrarlo. La realidad se esconde con expresiones como zapato roto o desorden entre géneros.

Con Deng Xiaoping la prostitución recobra importancia y se adoptan nuevos instrumentos legales. La venta de lujuria invade los documentos oficiales. La prostituta es una mujer que tiene actividad de lujuria. Con el incremento reciente se dio una verdadera avalancha de neologismos. En los documentos oficiales, el vocabulario se hizo más realista y pragmático. Las expresiones en los medios de comunicación, adoptadas de la jerga policial, son variadas y descriptivas. Las señoritas ding dong atienden a los huéspedes de hotel; las que se paran en las puntas de los pies en la calle, o las de caseta de obra para los trabajadores inmigrantes.

La duración de los servicios muestra la frontera porosa entre prostitución y concubinato. Términos construidos con bao, alquilar, hacen referencia a determinado tiempo, desde una hora o jornada hasta años, pasando por semanas o meses. Hay variantes con pei, acompañar. En karaokes, salones de baile y restaurantes, el servicio básico es en la mesa. Pero es posible salir de la mesa, o a la calle. El acompañamiento puede ser para cantar, tocar un instrumento, comer, viajar, pasar la noche, bailar, descansar, ir a cine, nadar, pasear… Entre las acompañantes al cine se distinguen las que sólo ven la película de las que permiten caricias, y entre estas, las del área de arriba de las del área de abajo. Las que van a la piscina pública no necesariamente van a la playa. Una especialidad es la acompañante de ducha.

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Se han consolidado los eufemismos. En los hoteles son comunes términos de ropa de cama o mobiliario para los servicios sexuales. Una cobija, un colchón, una cama adicional o un cojín se ofrecen discretamente a ciertos clientes.

La variedad de formas para decir prostituta en chino desde épocas remotas ilustra la compleja evolución del fenómeno y la actitud cambiante hacia él: aceptado, idealizado por siglos, progresivamente rechazado, casi anulado por el maoísmo y renovado en la actualidad. La prohibición, con pena de muerte, no erradicó un mercado cuya demanda se adapta milimétricamente a la oferta, o al revés. Con menos variedad e imaginación, se entiende el origen burocrático, incluso marxista, de términos como trabajadora sexual o víctima de la trata. Gracias al activismo progresista global, financiado por el puritanismo norteamericano, en algún momento será delito en Colombia, como lo es en la China o en Suecia, visitar mujeres que venden lujuria voluntariamente.

* Facultad de Economía – Externado de Colombia.

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