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El error garrafal de Duque: dejar acabar el programa “Ser Pilo Paga” (SPP)

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Mauricio Rubio
04 de septiembre de 2025 - 05:05 a. m.
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Difícil imaginar un papayazo mayor que la foto de Iván Duque con Netanyahu, ambos sonrientes promocionando el libro del otro. El colosal descache no afectará a terceros, como sí lo hizo dejar fenecer “una de las innovaciones de política pública de educación superior de mayor impacto en Colombia en el siglo XXI”. Así piensa Adolfo Meisel, historiador y rector de la Universidad del Norte. Como varios centros universitarios participantes en SPP, esta institución privada es una fundación “de utilidad común y sin ánimo de lucro”.

SPP nació de una alianza del gobierno con la Universidad de los Andes, ícono de la educación superior elitista y excluyente. Murió por un estatismo fanático adobado con politiquería, de izquierda y derecha. Pablo Navas, principal impulsor, cuenta en Atemporal cómo al asumir la rectoría se propuso que más estudiantes de muy bajos ingresos entraran a Uniandes. Empezó fortaleciendo una iniciativa anterior. Su lema inspirador fue que “el talento está distribuido igualitariamente, pero los recursos para desarrollarlo no”. El desafío lo extendió a aumentar los chances de que jóvenes de estrato bajo y con capacidades muy superiores al promedio entraran becados a distintas universidades, públicas y privadas, de primer nivel.

Roberto Zarama, antiguo director de Departamento, trabajaba con Juan Penagos, cuya tesis doctoral analizaba la rentabilidad social de la inversión en educación. Lo hizo para “las buenas universidades” e incluyó en su modelo factores como la formalización de quienes se gradúan, su estatus de contribuyentes y sus aportes a la seguridad social. Un grupo reducido de esos establecimientos de calidad, con rectores muy amigos, se reunía periódicamente. Para una sesión al inicio del segundo gobierno Santos, Gina Parody quiso asistir. Zarama y Penagos presentaron su trabajo. Maravillada, la futura ministra de Educación le pidió a Navas poder utilizar esa herramienta. Él, consciente de administrar un bien público, ofreció mandarle a los autores para ayudarla. Cuatro meses después se lanzaba SPP con tres mil estudiantes. Además de hacerlo operativo, el nombre, verdadero hit, fue obra del Ministerio. Mariana Mazzucato, estrella inicial de Gustavo Petro, no hubiese imaginado una coalición público-privada más eficaz y exitosa.

Las universidades públicas, aunque gratuitas, cuestan lo mismo que las privadas de calidad similar. Sus estudiantes reciben un subsidio estatal nunca explícito. Absolutamente todas las evaluaciones, cualitativas y cuantitativas, que se siguen haciendo coinciden en que SPP fue un logro rotundo, sobre todo por su impacto indirecto y a largo plazo. El Tecnológico de Monterrey se inspiró en SPP para su programa “Líderes del Mañana” y las evaluaciones confirman para México lo hallado en Colombia.

La “triste muerte de SPP” fue no llegar a ser política de Estado. La mineducación de Duque “no tenía las habilidades para negociar con FECODE”, anota Navas. Las razones del poderoso sindicato de docentes para oponerse fueron más pertinentes que la crítica temprana de un opositor al programa, Álvaro Uribe. El anti santismo intenso tumbó una excelente iniciativa cuando ya estaban diagnosticados sus principales escollos, corregibles con pequeñas reformas. Se reprodujo la irracional y costosa “colombianada de desmontar lo que funciona”.

El puntillazo final a la posibilidad de que jóvenes pobres talentosos se educaran lo daría el Gobierno del Cambio que prometió universidad pública y gratuita para todos sin suficiente capacidad instalada, algo que toma décadas alcanzar. Encima, el enaltecimiento presidencial de la protesta callejera contribuyó a que en 2025 las solicitudes de admisión a la Universidad Nacional fueran las más bajas desde 2008. Allí “se sabe cuándo se entra, pero no cuándo se sale” señala un profesor. Miles de pilos pobres hubiesen cambiado su vida, la de su prole, y la de mucha gente cercana.

El saboteo ideológico a programas como SPP lo alimentan tres prejuicios de izquierda alebrestados por Petro. Uno, idealizar lo estatal demonizando lo privado. Dos, el resentimiento clasista hacia una oligarquía calificada a la ligera de codiciosa y aliada del gran capital contra el pueblo. Tres, la tirria contra la libertad de elegir universidad sin que el Estado intervenga.

Tras un gobierno mal ejecutor y débil contra la corrupción, sobra detallar los estragos del estatismo e intervencionismo extremos. La narrativa de la oligarquía nacional como gente codiciosa obsesionada por mantener al pueblo ignorante y sumiso es la más tóxica y contra evidente. Desconoce que la educación colombiana requiere apoyo de las élites en las que, además de castas empresariales, hay donantes y sobreviven organizaciones, personas y estirpes con vocación educadora. Luciana Cadahia, exégeta de leyendas, señala que en Colombia la “herida colonial” ha llevado al “pueblo talentosísimo” a las universidades públicas mientras que las privadas entrenan “embajadores del régimen oligárquico”. Ignora que quien la entrevista y elogia es un uniandino de izquierda. Y que “el paramilitarismo infiltró y copó varias universidades estatales”.

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Héctor Angel Díaz Mejía(23099)06 de septiembre de 2025 - 01:17 p. m.
Muchos estudiantes de este programa SPP tuvieron que soportar el matoneo clasista de los anfitriones de la élite en la Uniandes y otras universidades privadas de alto vuelo. En el fondo de este programa se demerita la universidad pública y se favorece la U privada utilizando recursos públicos. El que es pilo , pero no tiene recursos para sus estudios superiores, bien pudo ser auxiliado o becado para estudiar en el sector público. También ahí descollan las grandes inteligencias.
Nicolas Lloreda(31394)05 de septiembre de 2025 - 01:52 p. m.
Excelente columna. Entre la derecha mesianica del condenado Alvaro Uribe y su marioneta Ivan Duque, y FECODE, principal responsable de la mala educación publica, acabaron con un gran programa que le traia verdaderas oportunidades a los pilos de escasos recursos. Que tristeza.
  • Jesus Barrera(25812)06 de septiembre de 2025 - 01:22 p. m.
    La mala educación pública es obra de las políticas de gbnos que privilegiaron el capital sobre la calidad. Hasta los 80 la educación pública era la mejor pero llegaron los lloreda como ministros y la acabaron en favor de la privada
Juan Montoya(cnp52)05 de septiembre de 2025 - 11:18 a. m.
Este Rubio es un mentiroso obsesionado: lideres del mañana son apenas 200 becas anuales, patrocinadas por el mismo ITEC-Monterrey, y exige ademas experiencia en temas de impacto social. Inspirados en ser pilo paga solo Zarama y Parody, los unicos que aun creen en las bellezas del programa. Profesor academico Rubio, ¿cuales son los estudios, me puede dar las referencias bibliograficas precisas?
  • Andrés Vesga(16213)06 de septiembre de 2025 - 12:23 p. m.
    Basta un búsqueda rápida en scholar.google de las palabras: zarama Penagos ser pilo paga Y encontré por ejemplo estos dos: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1155/2018/3528206 https://core.ac.uk/download/pdf/511514776.pdf
  • Boppi(61012)05 de septiembre de 2025 - 01:56 p. m.
    Otro mezquino de los que le sobra el resentimiento, en los países látinos prima la mediocridad en la educación, algunos estudiantes sobresalen en condiciones adversas y llega un programa que les da a escoger que puedan cambiar su futuro y en algo el del país y aparecen cretinos como ud a criticar, a las mejores U públicas del país entran son estudiantes de colegios privados principalmente y sobre todo a las carreras de más demanda; ud es muestra de la pesima educación que tenemos.
Noticioso(6975)05 de septiembre de 2025 - 11:18 a. m.
En el petrismo la falta de autocrítica no es un defecto colateral, sino la esencia misma de su ideología. Por eso no van a cambiar. Toda su plataforma política es la antítesis del esfuerzo que representan el trabajo, el orden y la planificación; es decir la exhaltación de la dejadez, la charlatanería, la mediocridad, la auto victimización, el revanchismo social y la pobreza como virtudes sociales. Ese es el modelo de sociedad que el petrismo le propone a Colombia.
Noticioso(6975)05 de septiembre de 2025 - 11:13 a. m.
Así como al petrismo su enfermiza obsesión con el obsoleto y desprestigiado viejo Uribe, no le ha permitido hacer un buen gobierno ni concentrarse en los problemas reales y urgentes; lo mismo debe decirse del uribismo, a quienes su irracional obsesión con Santos no los deja pensar en nada importante. Dos movimientos políticos personalistas, sin ideas y anclados en el pasado. En 2026 se requiere un candidato de centro serio, buen administrador y concentrado en el futuro, no en el pasado.
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