La olla está sobre el fogón, los comensales son los mismos que el domingo pasado, aquí siempre cocina Cecilia, pero el domingo don Alberto era el chef invitado. La mesa estaba puesta y aunque se sentía emoción en el ambiente, todos sabían de antemano que el menú era sopa, teníamos claro que el séptimo día en esa casa, cocinaba mi papá y ese era su acto de amor más profundo.
Ofrecer o compartir un plato de comida con alguien es la declaración de afecto más antigua que existe. Hoy en medio de la pandemia, prestar la mesa para que un restaurante ponga su menú, es el comienzo de una lista de nuevas formas en las que viviremos la gastronomía sin salir de casa.
No diremos que es posible reemplazar la experiencia que implica visitar un restaurante, son miles las razones por las que solíamos hacerlo, muchas veces la comida era un actor secundario frente al valor agregado que nos daba el estar en una mesa con luz tenue, rodeados de un gran servicio, viendo un desfile de platos pasar hasta llegar a las mesas de al lado, viendo una dinámica de locura desatarse detrás de la puerta de la cocina, que apenas se abre cuando sale el mesero. La Covid-19 volvió la gastronomía un comedor improvisado, una mesa redonda, donde al principio íbamos como comensales a sus restaurantes, ahora ellos llegan a la intimidad de nuestras casas con el menú que conocemos, en la mesa donde ellos son ahora nuestros invitados y nosotros seremos los chefs. Solo con seguir las instrucciones terminaremos el trabajo que ellos empezaron para al final comer todos de la misma mesa.
Tres de ellos, son la muestra de que mientras sigamos comiendo, el sector gastronómico debe seguir funcionando.
Minimal (@restauranteMinimal), lleva años trayendo los sabores del pacífico colombiano a su restaurante, aquí las combinaciones más inesperadas, pueden llevarnos a los sabores más exóticos que nuestro paladar pueda degustar. Mi mesa redonda se vistió del Chocó y Tumaco, recibió una cazuela de raya, unas cocaditas con frutos de mar con copoazú y curry verde, unas bolitas de maduro rellenas de jaiba y unos palitos de yuca y conejo, que junto a la torta de almojábana más esponjosa de la ciudad, convirtieron el almuerzo, en un deleite de mar y tierra que logra transportarte por un rato a las playas del pacífico y ese olor a mar que tanto extrañamos. Sin duda, una opción para visitar el caribe desde casa y apoyar un negocio local que da empleo y sabor en cada plato.
Tierra restaurante (@tierrarestaurante), es una cocina de entorno que cumple con todo lo que uno busca a la hora de comer, buen servicio y buenos platos. Aunque sus puertas están cerradas, las nuestras están abiertas para recibir uno de sus platos más pedidos, un pollo orgánico empacado al vacío y listo para preparar, este viene en salmuera aromática marinado y cocido al carbón por una hora, lo que demora maso menos en llegar a nuestra casa con instrucciones para calentar y emplatar como queramos.
Como último invitado a mi mesa redonda, está @Juancamole, con todos los ingredientes empacados y listos para calentar y cocinar, encontramos 250 gramos de carne molida que son la base de sus nachos y sus tacos con salsa BBQ y guacamole, componen una caja mexicana perfecta para una preparación rápida y fácil desde casa.
Disfrutar de los platos de nuestros restaurantes favoritos o arriesgarnos con nuevos, siguiendo instrucciones desde casa, es como cocinar en conjunto alternativas para sobrellevar la grave situación económica de la que todos somos parte. El plato principal no es generar utilidades, sino resistir la crisis juntos, si los restaurantes cierran sus puertas, nosotros les abrimos las nuestras.
