ESTA SERÁ LA PRIMERA COLUMNA de 2009. Es un buen momento para hacer un balance de quienes perdieron el año.
Perdió el año el Alcalde de Bogotá. Su primer año no pudo ser más malo. Es evidente el deterioro y retroceso de la ciudad en casi todos los aspectos. La crisis de movilidad sigue agravándose, se entregó el espacio público a la informalidad, regresaron los raponazos y atracos a plena luz del día. Los transportadores, grandes soportes políticos del Alcalde, imponen hoy sus intereses mientras el gobierno distrital deja morir lentamente a Transmilenio. La ciudad está sucia, pintada de grafitos y perdió su dinámica de mejoramiento. Los políticos están recuperando el control de la contratación pública. Para completar, el alcalde anuncia aumentos en el impuesto predial muy por encima de la inflación registrada.
Perdió el año el Polo Democrático, fraccionado en sus personalismos e incapaz de encarnar una oposición digna y valiente. El país descubre lentamente que la izquierda tiene los mismos vicios que los partidos tradicionales; les interesan más los puestos y las cuotas de poder que las ideas. El Polo es hoy en día una amalgama de intereses mezquinos, sin vocación de poder y con un liderazgo debilitado.
Rajado también está el Partido Conservador que, aunque tiene votos y capacidad de movilización electoral, es incapaz de tener una vocería propia y no tiene ninguna nueva figura nacional. Sin duda el patrimonio ideológico que encarna el conservatismo en la actualidad constituye el mayor desperdicio político de la historia. El partido se ha conformado con ser un apéndice consentido del poder burocrático sin recuperar su doctrina social y su independencia ideológica.
Perdió la justicia que demuestra, una vez más, que es incapaz de enfrentar la corrupción y hacer respetar la ley. Este fue otro año de organismos de control rezagados frente al crimen, de sentencias contradictorias, de políticos que delinquen desaforadamente sin que la Fiscalía, la Procuraduría y los jueces actúen con firmeza y carácter.
Perdió el Congreso, cuyo balance no puede ser más pobre ni su prestigio más bajo.
Perdió el año la guerrilla, cada día más obsoleta y de espaldas a un país que la rechaza. Las gigantescas marchas contra el secuestro son la mejor demostración de lo aisladas que están de la realidad nacional. Su líder histórico murió lacónicamente. Su sucesor corre acosado por el Ejército. La ‘Operación Jaque’ es la mejor muestra de su debilitamiento interno y constituye su mayor derrota en la historia. La esperanza que les queda es el oxígeno que le puedan brindar Piedad Córdoba y las ONG empeñadas en montar el show de un intercambio mal llamado humanitario.
Perdió también Chávez, que termina el año debilitado internamente, con unas finanzas públicas en ruina y sin su enemigo predilecto George Bush. Ironía de la vida, la crisis del capitalismo los deja sin los recursos para financiar todas sus locuras y aceitar sus sistemas de corrupción. En este listado entran también Kirchner, Correa, Ortega y demás populistas que con la elección de Obama tendrán que dejar su retórica simplista contra los Estados Unidos.
Uno quisiera que estos alumnos lacras reaccionaran y mejoraran su desempeño. Pero la verdad no creo que suceda en el 2009.