Publicidad

Verdad y justicia para las víctimas de explotación sexual del Tren de Aragua

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Natalia Herrera Durán
20 de octubre de 2025 - 05:05 a. m.
Miniatura Tren de Aragua
Miniatura Tren de Aragua
Foto: Eder Rodríguez
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Se lanzó al vacío desde un sexto piso cuando la Policía iba a capturarlo en Antioquia. Así falleció, la semana pasada, Ender Rojas, jefe del Tren de Aragua. En el operativo, fueron capturados tres venezolanos, integrantes de esta organización criminal transnacional que opera en todo el continente y que la DEA puso en su mira: Luis Cabeza, de 27 años; Yonathan Urbina, de 28, y Daviannys Moya, de 21.

Les imputaron los delitos de siempre: concierto para delinquir y porte ilegal de armas. Y digo los de siempre porque nunca los procesan por el delito más grave a costa del cual se han expandido y lucrado: la trata de personas con fines de explotación sexual en la prostitución. Por ejemplo, Daviannys, o la ‘Gallega’, era reconocida por investigadores del Gaula por ser la proxeneta de una red de migrantes venezolanas prostituidas por el Tren.

La relación de los pranes (jefes del crimen presos) del Tren con el delito de explotación sexual comenzó a finales de la primera década del 2000, en Venezuela, como lo documentamos en este especial de El Espectador y la Alianza Rebelde Investiga. Se dio cuando las autoridades carcelarias permitieron la pernocta de familiares y parejas de los detenidos en las prisiones.

La cárcel de Tocorón (ubicada en el centro de Venezuela, desde donde delinquió, hasta su fuga, Héctor Rusthenford Guerrero, o ‘Niño’ Guerrero, al mando del accionar del Tren) se convirtió en un recinto de fiesta, dinero y prostitución. Pero no todas llegaban a la prisión por sus propios medios y no todas eran mayores de edad. Las cooptaban en los barrios y pueblos, a través de falsos concursos de belleza y agencias de modelaje.

La exportación de este delito (el tercer negocio ilícito más rentable del mundo) por parte del Tren comenzó entre 2017 y 2018. No por nada también fueron los peores años de la emergencia humanitaria de Venezuela, cuando millones de personas comenzaron a huir del país. Catalina*, quien migró a Colombia cuando tenía 16 años, me contó que llegó a una de estas redes marginada por la pobreza: “Allá adentro eres una mercancía. A ninguno le importa si quieres estar ahí, ni si el Tren de Aragua te amenaza con hacerte daño a ti o a tu familia. Nadie sabe cuántas puertas se te cerraron antes de llegar a ese cuarto”.

Hace unos días, escuchamos al abogado Luis Gustavo Moreno, en el reporte del periodista Daniel Coronell en La W Radio. Moreno representa a Larry Álvarez, o ‘Larry Changa’, jefe y cofundador del Tren de Aragua, y dijo que el Tren insistirá en su intención de explorar diálogos de paz. ‘Larry Changa’ fue nombrado vocero por esta organización para estos acercamientos, que no tienen ningún chance, por ahora, según el gobierno colombiano.

‘Changa’ fue capturado en julio de 2024, solicitado en extradición por Chile. La Corte Suprema de Justicia ya autorizó su boleta de salida y la Presidencia la sancionó. Solo está pendiente que se resuelva un recurso que le queda a su defensa. Por eso, no pocos pensaron que su reciente nominación tiene más que ver con un esguince a la justicia que con una voluntad real.

El abogado Moreno aseguró que ‘Changa’ no se opone a ser extraditado y que ejercería su encargo en cualquier país suramericano “para lograr acuerdos que se materialicen en paz”. También dijo que ‘Changa’ tiene contacto con ‘Niño’ Guerrero, que están dispuestos a reparar a sus víctimas y a decir verdades (que anhelan las autoridades gringas), como su posible relación con políticos del régimen venezolano.

Pues bien (como la política es dinámica), urge subrayar la importancia de que cualquier eventual proceso de paz con el Tren ponga sobre la mesa, de una buena vez, la verdad y la reparación de las niñas, adolescentes y mujeres vulnerables que han sido explotadas sexualmente para el lucro y la expansión de esta estructura criminal en la región.

Natalia Herrera Durán

Por Natalia Herrera Durán

Periodista de Investigación. Trabajó en El Espectador desde el año 2010 y durante 15 años. Le interesan los temas sociales y de denuncia.@Natal1aHnataliaherrera06@gmail.com
Conoce más

 

Alberto Rincón Cerón(3788)21 de octubre de 2025 - 12:33 a. m.
Muy importante columna. Ese debería ser un punto crucial. Gracias.
Atenas (06773)20 de octubre de 2025 - 01:57 p. m.
Natalia, de tan horrendos crímenes perpetrados por repudiables criminales, y al igual q’ el indigno acuerdo de paz suscrito entre el tartufo Santos y tenebrosos cabecillas de las Farc - y por lo cual estamos llevados del diablo-, claro tengo q’ bajo ninguna circunstancia procede sentarse a la mesa con quienes de antemano se sabe q’ reincidirán y a las víctimas les harán conejo, ya saben cual es el camino y lo quieren volver a transitar. Es equivalente a creerle al fariseo e ebrio Petro. Atenas.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.