Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Contar, otra tarea

Nicolás Rodríguez

26 de agosto de 2011 - 06:00 p. m.

Nadie sabe a ciencia cierta el número real de afrodescendientes que hay en Colombia. Como era de esperarse, la falencia no pasó desapercibida durante el Encuentro Iberoamericano de las Culturas de Comunidades Afrodescendientes, en donde se dijo que el censo es una herramienta política muy eficaz.

PUBLICIDAD

Nadie sabe a ciencia cierta el número real de afrodescendientes que hay en Colombia. Como era de esperarse la falencia no pasó desapercibida durante el Encuentro Iberoamericano de Culturas y Comunidades Afrodescendientes, en donde se dijo que el censo es una herramienta política muy eficaz.

Desconozco el contexto real de estas palabras, que acaso hayan sido pronunciadas para llamar la atención frente a la obligación que tiene el Estado de diseñar políticas públicas a partir de una serie de datos libres de toda sospecha. Como sea, no está de más agregar que en razón a esa utilidad política, el censo es también una poderosa herramienta de dominación. Y que el que tiene el dedo para contar es entonces el que suma y resta (o divide).

Según el censo realizado en 2005, un poco más del 10% de la población es afrodescendiente, para un aproximado de 4 millones y 300 mil personas. Un porcentaje comparativamente bajo si se lo compara con el 21% con el que ha trabajado en algunos de sus textos el antropólogo Jaime Arocha, una de las autoridades en el tema. Es más, Wikipedia ubica el porcentaje total de afros entre el 19 y el 21%, un notorio avance frente al 4% registrado por el World Factbook de la Central de Inteligencia Americana, CIA, bajo el rubro de “negros en Colombia”.

A propósito de la incertidumbre sobre las cifras puede leerse en un informe del Observatorio de Discriminación Racial, publicado en 2009, que el censo de 1918 fue el primero en recabar información sobre la identidad étnico racial de los colombianos. El porcentaje, en esa ocasión, no fue superior al 6%. Y hubo que esperar hasta el censo de 1993, cuando la Constitución del 91 ya había reconocido la pluralidad étnica, para encontrar otra pregunta que indagara en las dimensiones étnico raciales de los colombianos. En ese entonces la redacción del cuestionario, que anteponía las consideraciones culturales a las propiamente raciales o físicas, arrojó un inaudito porcentaje de afrodescendientes que se definían como tales del 1.5%.

Read more!

Hoy por hoy, hay quienes se atienen al Plan Nacional de Desarrollo de la Población Afrocolombiana de 1998, en el que se llegó a la cifra del 26%. Y con seguridad que circulan por ahí, en la red, otras estadísticas. Pero a cada conteo una política, una forma de imaginar el país.

Por mucho tiempo se impuso la idea de una nación fundamentalmente mestiza e indígena, que no quería saber nada de afros. Está estudiado y debidamente documentado. También hay quienes recuerdan que la noción del mestizaje alegre, pacífico, casi folclórico, es un mito más. Y ahora no faltan los que dudan ante las categorías raciales bajo el supuesto, bienintencionado, de que no hay razas puras ni biología que las sustente. Un hecho cierto pero discutible desde el punto de vista histórico, en donde las razas se han ido dibujando y desdibujando, en relaciones de poder que explican, en últimas, el porqué del racismo y la discriminación.

Read more!

Y todo arranca por los números.

nicolasidarraga@gmail.com
 

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.