La condena a la multinacional bananera Chiquita Brands, culpable de haber financiado grupos paramilitares en Colombia, es una buena razón para seguir ampliando el enorme archivo que se conoce sobre el papel del capitalismo corporativo del banano en la región.
Como se sabe, la idea de financiar violentos, despojar tierras y violar los derechos humanos de los trabajadores no surgió en esta última etapa. Antes de Chiquita, de 1984 para atrás, tuvimos evidentemente a la United Fruit Company suprimiendo protestas de trabajadores. La explotación laboral iba de la mano con los impactos ambientales de las prácticas que llevaron a la...
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