El método disruptivo

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Nicolás Rodríguez
10 de noviembre de 2018 - 05:30 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Un Código Penal viejo le da bienvenida al que va al Museo de la Fiscalía. Está acompañado de dos brazaletes, también de la Fiscalía, y ofrece perlas homofóbicas en sus incisos. Todo muy típico del ordenamiento jurídico pasado. “La índole de las personas que suelen congregarse” es una de las tantas frases convertidas en escenarios descriptivos del crimen.

Con un tiempo de sobra cualquiera puede revisar la colección de objetos, imágenes y narrativas propuestas. Llama la atención el salón dedicado al narcotráfico. Sobresalen un jet ski, un sumergible, fotos sin filtro de Escobar en su tejado, billetes falsos y una línea de tiempo que arranca en 1979 con la Policía Antinarcóticos y termina en 2016 con un comentario sobre el aumento de los cultivos ilícitos en el país.

Cargada de anécdotas que nos recuerdan el juego del gato y el ratón que supone la persecución de las drogas, una foto de la sala del narcotráfico merece comentario aparte. Se trata de dos avionetas desde las que es vertido glifosato bajo la leyenda explicativa que dice: “Aspersión y monitoreo ambiental”. No hay indicación alguna sobre el lugar. Cualquier momento, cualquier espacio es un mar de coca.

¿Alguna reflexión, aun decorativa, frente al lado B de la ensimismada guerra contra las drogas? Ninguna. ¿Colonos? Tampoco. ¿Historia, lejos del guion judicial que venimos utilizando desde el Código Penal que recibe a los visitantes? Menos. El museo explica las rupturas (cae el cartel de acá, surge el de allá), pero difícilmente interioriza las continuidades. En Colombia los cultivos ilícitos surgen porque la gente es mala, viciosa, torcida. Esa es más o menos la apuesta política.

El fiscal, Néstor Humberto Martínez, nos vende ahora su “estrategia disruptiva”. Entre otras muchas ideas celebradas por la prensa, está la de cortarles la luz a las zonas en las que habría estructuras de producción de droga. Una política pública inspirada en el mismo guion museográfico. Otra curiosidad sin ninguna historia.

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.