El valioso proyecto de ley con el que los senadores Iván Marulanda y Feliciano Valencia pretenden que se regule el cultivo y la comercialización de la hoja de coca en Colombia revivió un tema que el gobierno del presidente Duque insiste en desconocer: la aspersión con glifosato es tremendamente costosa.
Y lo es en muchos sentidos, más allá incluso de lo económico.
El dilema no solo es el negocio que hay en la venta, sino lo que se requiere para la guerra contra las drogas en su versión glifosato por todas partes y para todo. O los efectos nocivos sobre las personas y su entorno. O su inconveniencia cuando se compara, en términos de...
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