Publicidad

En su nombre

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Nicolás Rodríguez
21 de octubre de 2016 - 08:34 p. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Las víctimas de las Farc, que las hay en todos los estratos sociales, tienen que aceptar que sus representantes políticos en el uribismo las están utilizando para fines particularmente oscuros.

Sus experiencias de violencia fueron útiles para darle legitimidad al No que se impuso en el plebiscito, pero desde entonces (y desde mucho antes) en lo que las huestes de Uribe han estado interesadas es en desmontar la justicia transicional y en garantizar que el despojo de tierras que llevó al desplazamiento de no menos de seis millones de personas sea blindado por ley.

El pedido abierto de impunidad es uno solo de los temas que están en juego. En el trasfondo de la necesidad de volver al Congreso como senador, montar una bancada y organizarse políticamente, también parecería estar el deseo de mantener las utilidades económicas que dejó la guerra entre los que compraron tierras mal habidas. Tierras adquiridas a precios irrisorios o simplemente cedidas bajo coacción. Tierras avaladas por notarios, alcaldes, funcionarios y registradores inescrupulosos, sobornados o también amenazados. Tierras que fueron adquiridas porque la oportunidad de comprarlas se presentó. O porque así fue planeada desde un principio la operación.

Los grados de culpabilidad entre unos y otros dueños no son pocos ni deberían serle indiferentes a la justicia. Y si no habrá justicia, por lo menos a la memoria histórica. Pues algo va del que desplaza con frialdad al que saca ventaja y decide no preguntar por el origen del torcido en el que se está involucrando. También el que manda a masacrar debería tener su espacio de consideración especial en una historia social de la infamia.

Pero que las víctimas de las Farc no se llamen a engaños. Moralmente no hay tantas diferencias entre los que planearon el robo, los que ejecutaron las masacres y los que compraron las tierras de pasadita. Y es en su nombre, especialmente, que el Centro Democrático pretende salirse con la suya.

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.