Uno de los mantras con los que ha sido publicitado el trabajo de la Comisión de la Verdad, en vísperas de la entrega de su informe final, plantea un condicional algo inconcluso.
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Uno de los mantras con los que ha sido publicitado el trabajo de la Comisión de la Verdad, en vísperas de la entrega de su informe final, plantea un condicional algo inconcluso.
Qué es “futuro” y qué es “verdad” es casi tan etéreo y difícil de entrever como acaso lo sea la relación entre lo uno y lo otro.
Futuro habrá, pero no necesariamente en el sentido positivo que se le suele dar al término. Se trata, entonces, de un tipo específico de futuro al que se le está apostando. Y por futuro quizás se refieren a algo más que un momento histórico después del presente. Mejor sería hablar de futuros posibles, en plural.
El trabajo de la Comisión de la Verdad logró recoger cerca de 30.000 relatos, dio espacio a más de 1.000 informes que problematizan seis décadas de historia colombiana bajo el lente de las violaciones a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
No tendría ningún sentido reducir tanto a tan poco, pero una palabra para encapsular todo probablemente sería el verbo “escuchar”. Eso hicieron los comisionados y sus equipos.
Además de leer y darle uso al conocimiento previamente consolidado por el Centro Nacional de Memoria Histórica, escucharon oral y visualmente, incluso territorialmente, a actores tan disímiles como lo pueden ser las familias de líderes asesinados, los campesinos, los afrodescendientes, los indígenas, las mujeres, la población LGBTI, los militares, los policías, los exguerrilleros y los paramilitares desmovilizados.
No solo estamos ante futuros probables. Estamos ante verdades, nuevamente en plural, que requerían de espacios para ser escuchadas y que no existirán sin un auditorio que las interprete.
A pocos días del lanzamiento oficial del informe de la Comisión de la Verdad, queda claro que el camino por recorrer arranca con el final de sus actividades. La imaginación requerida para forjar los futuros posibles depende de nuestra capacidad para darle algún sentido a lo escuchado.