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“Las hojas de coca contienen cocaína”

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Nicolás Rodríguez
24 de octubre de 2020 - 03:00 a. m.
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Así mismo quedó escrito en el informe de las Naciones Unidas que dio origen científico al prohibicionismo y, en este caso, a la inclusión de la coca en la Lista I de la Convención Única de Estupefacientes de 1961.

El “Informe de la Comisión de Estudio de las Hojas de Coca” tiene por origen una investigación realizada en Perú y Bolivia a principios de los años 50 entre los indígenas y mestizos masticadores de coca. Para tal efecto consultaron, entre otros, a médicos y, por supuesto, a militares.

La preocupación de los interesados era similar a la que suponía el consumo de chicha para las autoridades colombianas por la misma época: no hay higiene y sobra salvajismo. Había que civilizar.

A tono con las creencias científicas del momento, el informe desborda en racismo. Partiendo, acaso, de un interés sincero por entender los efectos de la masticación de la hoja de coca, el resultado de las preguntas fue una y otra vez sesgado. En vez de grandes disquisiciones sobre su valor ritual, en algún punto del informe sus autores se atrevieron a lo inefable: “¿Puede el hombre blanco aclimatarse completamente a 4.000 metros de altura?”.

A medida que avanza el informe, lo que había sido descrito inicialmente como un hábito y no una toxicomanía pasa a ser, simplemente, “el vicio de la masticación”. Nada raro, si se constata que el índice del capítulo V, sobre la masticación de la coca, incursiona en detalles como el de “la degeneración racial”.

Y de ahí a las conclusiones, seguidas de las famosas recomendaciones, cuyas consecuencias persisten al día de hoy: “La sustitución es posible y desde luego recomendable”.

Concluyen, por ejemplo, que mascar la hoja de coca acarrea “modificaciones desfavorables de naturaleza intelectual y moral”. Como es bien conocido, “recomiendan suprimir gradualmente la masticación de la hoja de coca”. Proponen 15 años para ello, pero otros piensan que con cinco es más que suficiente.

Conoce más

 

RAFAEL(19956)24 de octubre de 2020 - 08:22 p. m.
no tiene nada que ver "PERTENECER" a una ideología , para determinar como causa de deterioro cerebral y desnutrición, y por tanto de sus consecuencias en la salud y de crecimiento y desarrollo físico de la persona consumidora de hoja de coca. se sabe que el deterioro cognitivo es mayor con el mambeo que con cualquier otra forma de consumo de los derivados de la hoja de cocaína, excepto el basuc
  • usucapion1000(15667)25 de octubre de 2020 - 01:18 a. m.
    Lo sabe por experiencia, Rafaelillo?. Pero entienda que los efectos no son iguales para todos, depende del grado de sanidad o insanidad mental que posean.
luis(89686)24 de octubre de 2020 - 04:14 p. m.
¡Y de la coca cola qué!. En tiempos de la prohibición en USA desmantelaron acres de cultivos de manzana para que no se fabricara la sidra bebida alcohólica prohibida en esa época y ahora permitida. La doble moral. Los Estados Desunidos de Latinoamérica pagando el pato.
luis(89686)24 de octubre de 2020 - 04:14 p. m.
¡Y de la coca cola qué!. En tiempos de la prohibición en USA desmantelaron acres de cultivos de manzana para que no se fabricara la sidra bebida alcohólica prohibida en esa época y ahora permitida. La doble moral. Los Estados Desunidos de Latinoamérica pagando el pato.
Julio(2346)24 de octubre de 2020 - 03:13 p. m.
Hay que recordarle a la fauna uribestia que la cocaína no se siembra ni se cosecha, puesto que la coca no es cocaína por la misma razón que la uva no es vino ni la caña es aguardiente, son sólo insumos para su producción. Es evidente que ignoran eso porque sólo consumen basuco. Léan pa'que se istruigan, vagos!
  • usucapion1000(15667)25 de octubre de 2020 - 01:08 a. m.
    Excelente comentario Julio, como de costumbre.
Francisco(82596)24 de octubre de 2020 - 02:25 p. m.
Hola, amigos. Lo que mostraron los integrantes de la minga fue su capacidad organizativa, su mesura e inteligencia, su cultura y respeto por la convivencia pacífica. Ellos son los verdaderos protectores del medio ambiente, de los recursos, de la paz en esos territorios. Es hora de atender sus propuestas, de dejar de estigmatizarlos bajo cualquier punto de vista, de integrarlos en las soluciones.
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