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A Washington y a pedir ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos que a Petro no le sean otorgadas medidas cautelares. A eso han ido una recua de personajes que representan a Bogotá, como ellos mismos lo han dicho.
Lidera el desesperado Jaime Castro, exministro, exconstituyente, exalcalde y por supuesto expromotor de la descentralización y el espíritu de autonomía de los municipios. Pura coherencia. Lo acompañan la regia directora del Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría, que nadie conoce y cuya página en internet dice defender el pluralismo democrático (sic) y los valores del libre mercado. (¿Monopolio estatal u oligopolio privado y abusivo en el manejo de las basuras? No. Los valores del libre mercado).
También asistieron Víctor G. Ricardo, en honor a algún trato adquirido con su exjefe Andrés Pastrana para lo de la ridiculización de anteriores procesos de paz con guerrilleros. Que siempre hace falta. Y hasta el presidente de Fenalco, Juan Esteban Orrego, en solidaridad con los otros gremios económicos que se sumaron al democrático ejercicio. Porque hasta la palma quiere poner velas en este entierro.
Esta fue entonces la comitiva que se plegó ante el procurador. Notables representantes de algunas de las particularidades que definen a Bogotá. Si no es que a Colombia. Un producto de exportación con toda la calidad de nuestras reservas políticas, morales y económicas. Dicen defender al país ante la posibilidad de un desbarajuste institucional, pero lo cierto es que pecan de humildes. Pues ellos son, de hecho, la institucionalidad. Faltó el amigo del toreo disfrazado de español, pero también es cierto que ese valor estético no era el de mostrar ante los gringos. Pero esta es, con seguridad, una muestra representativa.
Si a los petristas más furibundos les hacía falta una ilustración vehemente de la persecución de su líder y la rabia que muchos sectores le cargan, ahí les dejaron una fotografía a color que se puede leer sin subtítulos.
