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Otra mirada

Nicolás Rodríguez

23 de junio de 2023 - 09:05 p. m.

Llegada la hora de la gran marcha de la mayoría, como le llamaron, un número considerable de personas salieron a las calles. 90.000, según la Policía.

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Con pancartas marcharon los interesados. Federico Gutiérrez habló, contento, de un país que va hacia el vacío sin paracaídas. Diego Molano fue más explícito en su mensaje al presidente Petro: “¡Ante sus fechorías vamos a actuar, no vamos a callar!”. Un renovado David Luna pidió respeto por la democracia y la institucionalidad. Paloma Valencia no solo marchó sino que desfiló con camiseta de paloma de la paz. Enrique Peñalosa, con tono de candidato a algo, lo que se pueda, pidió garantías de seguridad en todo el territorio. Miguel Uribe se lanzó vía Twitter, en la posmarcha, con un “Pereira, Manizales y Popayán: espectacular”. El otro Miguel, Polo Polo, hizo una advertencia: “Se aquieta o lo aquietamos”. María Fernanda Cabal se subió a una tarima.

Hubo espacio, pues, para socializar todo tipo de mensajes. Los políticos de oficio aprovecharon para prender motores, como debe ser. Aparecieron las firmas para consulta popular del Centro Democrático. Otros menos pendientes de la cosa puramente electoral también marcharon. Empresarios afines invitaron a sus empleados a salir. Hubo apoyo a Vicky Dávila y en general a la revista Semana. Una persona (de pronto más de una) optó por pintarse de negro, en referencia a la vicepresidenta de Colombia. Sobre la marihuana y el proyecto de ley que finalmente se hundió, insistieron algunos marchantes en que “la mata sí mata”. Un elefante con el número 15.000, evocando el Proceso 8.000 de Samper, llamó la atención de la prensa. En Barranquilla cantaron que Petro se va a caer. En Cali también.

En fin, hay que decirlo: la marcha fue un éxito. Sonoro y rotundo. Que vengan más, de eso se trata. Hasta donde se sabe, nadie perdió los ojos. Como quedó registrado en una foto, el Esmad bostezó. Arrancó el cambio.

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